Todos sabemos cómo acabó la saga de Célula en Dragon Ball Z: Son Gohan acababa destruyendo hasta el último de sus átomos tras morir Son Goku. Pero, ¿y si te decimos que nuestro héroe pudo tener su revancha de forma oficial? Eso sí, muy pocos pudieron probarlo porque esta secuela de la saga era una especie de videojuego que solo se pudo jugar en Japón en el desconocido aparato Terebikko. Tan alucinante como extraño.
Jugando con tu teléfono
Año 1988. Famicom (lo que aquí conocemos como NES) sigue dominando el mercado en Japón y aún quedan un par de año para que llegue su versión de 16 bits. Es el momento de que otras marcas traten de marcar territorio a base de licencia. Es el caso de Bandai Namco, que lanzó al mercado un juguete en VHS llamado Terebikko que venía con licencias como Hello Kitty, Kero Kero Keroppi, Doraemon, Sailor Moon y hasta Super Mario Bros. Pero ninguno ha dejado tanto recuerdo como el especial de 26 minutos de Dragon ball.
Pero primero hay que entender cómo funcionaba la consola: en los VHS había un momento en que los héroes "llamaban" al espectador y le hacían preguntas de continuidad sencillísimas que debía responder correctamente entre 4 posibles opciones que se marcaban en una especie de teléfono. Al hacerlo, el vídeo continuaba. El sistema no ha pasado a la historia, pero esta rareza oficial sí que se ha convertido en un secreto a voces.
En el vídeo, que podría traducirse como ¡Juntémonos! El mundo de Goku, devuelve al grupo de luchadores a su primer encuentro contra Célula, al que encuentran en su estado perfecto (esto no tiene sentido, pero bueno). Al final, Goku le pega un puñetazo en la cara y eso es suficiente para que el villano se marche a recuperarse. Vale, todo es muy implausible, pero no deja de ser un producto para una consola a la que era muy difícil sacar jugo... y una escena que, en el fondo, a todos nos habría gustado ver en la serie, ¿no?