No sé si soy la única que recuerda esos primeros años de 'streaming' en España con cariño. Cuando Netflix desembarcó en nuestro país en 2015 era posible seguir sus estrenos con facilidad. No tenía mucha competencia ni el nivel de producción que tiene a día de hoy. Por eso triunfaban series que hoy pasarían completamente desapercibidas, como es el caso de Anne with an E.
Una preciosa historia que esconde tramas complejas y que recibió el apoyo de famosos como Ryan Reynolds o Sam Smith tras conocer que llegaba a su final.
Ambientada en 1890, la serie sigue a Anne Shirley, una niña huérfana que vive en un pequeño pueblo. Ha pasado por varios hogares de acogida y, tras una etapa difícil, es enviada por error a la casa de Marilla, una mujer que vive sola con su hermano Matthew. Anne es imaginativa, brillante y con una personalidad única, pero no es lo que esperaban los hermanos, que querían un huérfano que pudiera ayudarles en su granja. Anne tiene que convencerles de que es una persona en la que confiar y con mucho que ofrecer.
A lo largo de sus tres temporadas -27 episodios en total- la ficción ahonda en temas sensibles como el abandono infantil, el trauma psicológico, la desigualdad o la religión de manera muy inteligente. Este es precisamente uno de los aspectos que enganchó a sus seguidores, quienes creen que la joven Anne tiene mucho que enseñar al espectador.
Su creadora es Moira Walley-Beckett, quien ha tenido una carrera muy interesante. Entre los años 80 y la década de los 2000 trabajó como actriz invitada en series como Chicago Hope, Urgencias o MacGyver. En 2007 empezó a escribir para televisión y terminó uniéndose al equipo de Breaking Bad tras la segunda temporada, donde ascendió a productora en la cuarta. Cuando terminó su experiencia con Walter White, Walley-Beckett creó Flesh and Bone, una miniserie sobre el mundo de la danza que recibió muy buenas críticas.
Y luego ya llegó Anne with an E, creada por CBC y distribuida por Netflix de manera internacional. Los usuarios de SensaCine le dan 4,4 sobre 5 estrellas y halagan cada elemento. "Paisajes, diálogos, guiones, producción, escenografía, vestuario... pero sobre todo fotografía y actuaciones. Es una poesía esta serie", asegura un comentario en la ficha. "Hermosa por donde se la mire. Excelente musicalización, vestuario, actores/actrices, ambientación... La serie se supera episodio a episodio, no deja de sorprenderte nunca", cuenta Carla C en la web.
Lamentablemente, llegó a su fin en 2019. A pesar de que CBC, la cadena productora, había declarado que "sin duda alguna los canadienses seguirán enamorándose de esta hermosa y conmovedora serie en las temporadas venideras", los estudios decidieron ponerle punto y final. ¿La razón? Parece ser que la falta de crecimiento de la audiencia en el rango de edad de 25 a 54 años tiene la culpa. Es algo que nos resulta descabellado a día de hoy, pero, al menos, tenemos esos 27 capítulos para disfrutar.