Puede que no lo creas, pero Breaking Bad empezó con un chiste. Y es que Vince Gilligan estaba desesperado buscando la manera de convertir a un héroe televisivo en un villano, y no se le ocurría absolutamente nada hasta que Thomas Schnauz, un guionista con quien había compartido episodios de Expediente X, bromeó diciendo que para salir del paro en el que se encontraba debería "cocinar metanfetamina en una furgoneta y conducir alrededor del país haciendo dinero". El resto ya lo sabéis.
Meta-Breaking Bad
Dean Norris estaba harto de que siempre le ficharan en papeles relacionados con la ley, el orden y lo militar, pero lo razonaba afirmando que tenía simplemente el look adecuado. Sin embargo, Hank iba a ser ligeramente diferente: en una serie repleta de drama, él iba a ser el aliciente cómico. Y en los primeros episodios puedes notarlo antes de que el personaje se revolucione, cambie por completo, adquiera personalidad propia y se convierta en el verdadero héroe a la caza de Walter White.
Aunque, para ser justos, tuvo una pista muy clara. En el episodio 12 de la temporada 5, alrededor del minuto 34, entre una francamente impresionante colección de libros sobre caballos podemos ver los DVD de la tercera temporada de Breaking Bad aún envueltos en el plástico original. Es solo un plano pero suficiente para saber de dónde se sacó la idea de que su cuñado era el misterioso Heisenberg. Un detalle meta en la serie meta por excelencia.
En la temporada 5, Norris ya tuvo suficiente con el personaje y quiso que Gilligan le matara antes del final porque ya había firmado el piloto de una sitcom. Sin embargo, el autor se lo rechazó porque que él apareciese era vital para los episodios finales, como ahora sabemos. Al final acabó volviendo a Hank una vez más después del final de Breaking Bad, en la temporada 5 de Better Call Saul. Eso sí, sin DVDs de la serie a la vista.