¿Puede una serie pintar bien y mal al mismo tiempo? ¿Es posible que algo nos meta el hype en el cuerpo y al mismo tiempo nos lo quite por completo? A mí, en lo personal, es lo que me ha ocurrido con el nuevo tráiler de Dragon Ball Daima, centrado en el personaje de Goku empequeñecido por culpa de una maldición viajando por lugares demoniacos, comiendo y enfrentándose a nuevos enemigos. Ya sabíamos que la serie no tendría los habituales superpoderes ni las evoluciones locas de Dragon Ball Super, centrándose más en el combate tradicional. Y la animación es increíble. Pero.
Vamos con... ¿afán?
Normalmente, Dragon Ball no destaca por su excelsa animación: los episodios tienen que sacarse como churros y, si no fuera porque amamos a los personajes, quedarían un poco en vergüenza visto lo que son capaces de hacer series actuales como Jujutsu Kaisen o Chainsaw Man. Sin embargo, se nota que han trabajado dos años en Dragon Ball Daima: las escenas están pulidas, la animación es fluida e increíble, los diseños rebosan color y alegría, parece más un OVA que un episodio de serie.
Nada que objetar ahí. Pero, sin embargo... el diseño de Goku pequeño (ojo: todos los personajes volverán a ser niños, no solo él) vuelve a traernos recuerdos de Dragon Ball GT, que utilizaba el mismo argumento con la intención de retomar las aventuras infantiles de la primera parte del manga. Me encantan esas aventuras, y de hecho diría que es la mejor parte de la historia, pero hay algo aquí que no termina de funcionar y que me ha dejado la sensación de que en su intento por revivir la nostalgia, se ha quedado a medias.
Por supuesto, es absurdo opinar a partir de un tráiler. Será en otoño de 2024 cuando podamos ver finalmente qué es esto de Dragon Ball Daima, en qué punto de la línea temporal se incluye, cómo va a concurrir con Dragon Ball Super y si nos consigue callar la boca a los agoreros. ¡Ojalá! Nada me gustaría más que disfrutar de lo nuevo de Akira Toriyama. Crucemos los dedos.
