Hay varios motivos para el éxito de Los Simpson y también para su vigencia. Su perfecta sátira social, sus diálogos repetibles hasta la saciedad, los instantes que terminan adivinando nuestro futuro. Pero también es el cuidado de los detalles, especialmente en su época dorada, donde aprovechaban cualquier espacio para meter un buen chiste.
Los aspectos visuales son otra área donde los responsables de la serie se pueden quedar a gusto para hacer chistes. Metiendo detalles que pueden hasta sorprender muchos años después de su emisión original, dando un puntito extra a lo que era ya un capítulo fantástico o una escena totalmente memorable.
Es lo que sucede con un guiño tan redondo que parece perfectamente calculado. Sucede en la temporada 1, en el cuarto episodio titulado Hogar, agridulce hogar, que toca la obsesión de Homer por hacer que su familia sea menos desastre y más como otras familias. Tras un picnic de su empresa que es un desastre, el patriarca no puede evitar fijarse en lo que parece la familia perfecta, con todos sus miembros tratándose bien, casi angelicales. Lo opuesto a la suya.
Las apariencias engañan
Más tarde, en dicho episodio, Homer lleva al resto de Simpsons a la terapia del Doctor Monroe, esperando resolver sus problemas. En un irónico giro del destino, en la sala de espera se encuentra allí la misma familia que antes Homer veía como ejemplo a seguir, mostrando que las apariencias engañan.
Un gran detalle que ha llamado mucho la atención en redes sociales como Twitter/X y ha sorprendido a todo quisqui. Hasta el guionista de aquel capítulo, Mike Reiss, se quedó perplejo con el guiño rescatado: “Co-escribí este episodio y no tenía ni idea de esto”. Es difícil saber si fue una decisión consciente pensada para hacer humor o simplemente una manera de los animadores para ahorrar trabajo evitando diseñar otra familia distinta, pero la verdad es que funciona de perlas.
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