Los amantes de la fantasía coincidirán en admitir que tanto El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien como la Canción de hielo y fuego de George R.R. Martin -aunque esta última aún inacabada- se encuentran en los primeros puestos de las grandes obras literarias del género. No son las únicas, por supuesto, pero sí figuran entre las más famosas y ambas coinciden en el hecho de que su popularidad se haya visto disparada por sus adaptaciones. En el caso de El Señor de los Anillos por la trilogía cinematográfica dirigida por Peter Jackson y, en el de Canción de hielo y fuego, por el archifenómeno televisivo que supuso la serie de HBO Juego de Tronos.
Los universos de ambas obras de fantasía compitieron en un duelo que hizo las delicias de sus seguidores. HBO estrenó el 'spin-off' La Casa del Dragón y, solo una semana después, le tocó el turno a El Señor de los Anillos: Los anillos de poder, una serie ambientada en el universo creado por Tolkien que narrará una emocionante historia centrada en la Segunda Edad. Durante unos meses, los dos más grandes proyectos televisivos de los últimos años coexistieron en el 'streaming'.
Fan absoluto de la obra completa de Tolkien pero autor de Canción de hielo y fuego y de Fuego y sangre -el material que adapta La Casa del Dragón, George R.R. Martin reconocía recientemente que se moría de ganas, como seguidor, de ver la nueva serie de Prime Video.
El creador del universo de Juego de Tronos nunca ha escondido ser un fan incondicional de Tolkien y, de hecho, sus siglas R.R. son un homenaje hacia su escritor favorito. Cuando Tolkien publicó El Señor de los Anillos en 1954, George R.R. Martin apenas tenía seis años y y todavía quedaba mucho para que se convirtiese en un escritor de fantasía y publicase el primer libro de su más famosa saga literaria. De hecho, el autor ha reconocido haber tomado prestadas muchas cosas de su obra favorita.
Cuando comencé a escribir 'Juego de Tronos', una de las cosas que hice fue mirar 'El señor de los anillos' para ver lo que hizo Tolkien y tratar de sacar algunas lecciones de ahí
Así lo relataba a IGN el autor durante la proyección del biopic Tolkien en 2019, en las que enumeraba algunas de ellas.
1. El manejo de la magia
"Una gran lección fue su manejo de la magia. Creo que mucha fantasía épica tiene mucha magia. Pero la Tierra Media está impregnada de una sensación de magia, siempre está en la periferia y se usa para preparar el escenario. Gandalf es un mago, pero cuando los orcos atacan, saca una espada y lucha contra ellos. No los hace desaparecer mágicamente, como sucede en tantas otras historias".
Así, Martin explicaba que "sabía que quería magia en Poniente", pero que tuvo claro que estaría "en un segundo plano". Un excelente ejemplo es Melissandre (Carice Van Houten).
2. La estructura
Otra de las cosas en las que se fijó Martin cuando comenzó con el primer libro, Juego de Tronos, fue la estructura. "Si miras la estructura de El señor de los anillos, todo comienza en la Comarca, un sitio muy pequeño. Y luego se hace más y más grande. La Comunidad comienza con los cuatro Hobbits y luego recogen a Strider, Aragorn, y luego llegan a Rivendell, donde recogen a más personas. Y por un tiempo están juntos, pero luego en los libros se separan".
Algo que quiso aplicar a su obra: "Si te fijas en Juego de Tronos, todos, excepto Dany, comienzan en Invernalia, luego ciertas cosas los separan y luego se dispersan por todo el mundo".
3. El lenguaje
Y, en tercer lugar, también fue clave para Martin el uso del lenguaje que hacía Tolkien, algo que siempre admiró profundamente: "El lenguaje es una de las características definitorias de su trabajo y puso un listón muy alto para todos los demás fantasiosos", dijo a IGN. Algo que él reconoce que no fue capaz de hacer.
"Inventó idiomas enteros, yo solo lo fingí. Cuando le vendí Juego de Tronos a HBO, dijeron: 'Aquí hay escenas enteras en Dothraki. ¿Puedes enviarnos tu libro, sintaxis y reglas de Dothraki?'. Tolkien habría respondido rápidamente con algo gigantesca... mientras que yo tuve que decir: 'Inventé como ocho palabras"; confesó.