No tenía aún 30 años, pero Kazuhiko Torishima se había convertido ya en uno de los editores más importantes de la Shonen Jump por su visión de futuro. Fue él quien descubrió al mundo la grandeza de Akira Toriyama en Dr. Slump e incluso le acompañó durante los primeros compases de Dragon Ball, que compaginó con una de las primeras obras de Masakazu Katsura, Wingman. En los años 80, Shueisha estaba montada en la cresta de la ola gracias, en gran parte, a Torishima. Sin embargo, unos años después digamos que no tuvo el mismo ojo para el éxito.
¡Vámonos ya, esto va a comenzar!
En su día, Torishima era tan duro con Toriyama que, cuando le pidió que dibujara a quien odiara más en el mundo, el mangaka le introdujo dentro de su manga. De hecho, se dice que utilizó su cara tanto para el Dr. Mashirito (es su mismo nombre con las sílabas cambiadas) como para el Rey Piccolo. Para tanto es la cosa que en el juego Jump Superstars, ambos pueden fusionarse en un personaje cuyo poder es... gritar muchísimo.
Sin embargo, Torishima, que alguna vez ha comentado que no hay ninguna lección que aprender del éxito de Dragon Ball, no tuvo tan buen ojo cuando Eiichiro Oda consiguió publicar One Piece por fin dentro de la Shonen Jump. De hecho, el mangaka Yasuaki Kita confiesa que tuvo una conversación con él en la que le dijo "One Piece será un pilar de la revista", a lo que el otro contestó "¡¡No hay manera de que One Piece se convierta en un manga popular, no digas tonterías!!". Un profeta, vaya.
Torishima tiene hoy 71 años y, aunque ha aprendido a apreciar One Piece, sigue criticando a sus editores, porque cree -y es obvio en sagas como Wano- que no son capaces de decirle que no a ninguna de sus ideas, aunque estas sean malas. ¿Quién sabe cómo habría sido Dragon Ball sin editores? Desde luego, más corto... Y tal vez menos mítico.