Fallout nació en 1997 como videojuego exclusivamente para ordenador que nunca llegó a las videoconsolas. Este salto (y con él, el gran éxito) llegó a partir de 2008, con el lanzamiento de Fallout 3, que fue una pequeña gran revolución en la saga y cambió los gráficos 2D isométricos por el 3D y los combates basados en turnos por la acción pura y dura. A los fans de toda la vida no les gustaron los cambios, pero, francamente, y viendo el éxito que han cosechado durante quince años, incluyendo la serie de Prime Video, ¿a quién le importan los fans de toda la vida?
Deliciosa Nuka-Cola
No cabe duda de que Fallout, en su versión seriada, ha sido todo un bombazo para Prime Video: sus ocho capítulos no solo consiguen sacar todo el jugo a los detalles de la saga de videojuegos (con maravillosos detalles como la presencia de los Pip-Boy o las máquinas de Nuka-Cola) sino que sus creadores ya afirmaron que todo lo que pasaba se consideraba canon, por mucho que los fans de New Vegas insistan en que no es posible.
Pero hay un enemigo clásico que aparece en todos los juegos (y, sin duda, hará su retorno en la quinta parte) que ni siquiera tiene una mención en la serie: se trata de los Sanguinarios, más conocidos entre los fans como Deathclaws. Y es que no solo es una de las criaturas más mortíferas de todo el Yermo, sino que, además, son reconocibles al instante. Tanto es así, que incluso hay un guiño al final del episodio 8.
En sus minutos finales, Fallout nos deja el cráneo de un Sanguinario muerto, que nos da una idea de su tamaño pero no (aún) de lo que puede hacer. Lo más probable, eso sí, es que el equipo ahonde en ello en una segunda temporada más que confirmada. Así que sí, no os preocupéis: ¡No se han olvidado de vuestra criatura sanguinaria favorita!