Al hablar de series longevas de televisión es inevitable pensar en clásicos como Los Simpson, que nos han acompañado desde finales de los años 80, o en clásicos infantiles como Barrio Sésamo, que también han crecido junto a varias generaciones. En el género de dramas hay otras ficciones como NCIS, que hemos perdido la cuenta de las temporadas que lleva estrenadas, o Ley y orden, otro título muy sólido de la programación estadounidense. Pero, ¿alguno de ellos se ha convertido en la serie más longeva de la televisión?
Sorprendentemente no, para eso tenemos que mirar en nuestro continente, en Europa, donde hace ya más de 60 años que se estrenó Sandmännchen, la que, hasta ahora, es la serie de ficción -y animada- más larga de la historia. En España es una enorme desconcida, pero su historia comenzó en la Alemania del Este en 1959.
En 1958, Ilse Obrig y Johanna Schüppel diseñaron una serie para niños titulada Das Sandmännchen -lo que vendría a ser El pequeño hombre de arena en español-. Se estrenó el 1 de diciembre de 1959 en Alemania Occidental y pronto se rodaron nuevos episodios. Casi al mismo tiempo, Alemania Oriental comenzó a transmitir su propio Sandmännchen, el cual tardó tan solo tres semanas en rodar.
Fue ésta última la que caló en el público y la que se ha mantenido hasta el día de hoy. El mérito es del titiritero Gerhard Behrendt, que, a través de sus figuras, retrataba la vida cotidiana y los viajes del personaje principal, además de algunas aventuras fantásticas. Era mitad del siglo XX y el hombrecito de arena gozaba de coches futuristas y vehículos voladores, como marcaba la moda. Su popularidad no paró de aumentar y, cuando Alemania se unificó en 1991, los dibujos que sobrevivieron fueron los orientales. Los ciudadanos de la RDA lamentaron que la Alemania Occidental se quedara con ellos, pero fue un desarrollo natural y 64 años después sigue en activo.
Lo curioso de esta ficción es que todo se hizo en tiempo récord. La producción tan solo duró 3 semanas antes del comienzo de las emisiones y la sintonía principal se compuso en 3 horas. Por aquella época no se complicaban con detalles. Este diseño tan espontáneo les funcionó y llegó a emitirse en otros países, como Suecia, Noruega o Finlandia.
En estas seis décadas ha sufrido cambios en el diseño y se ha expandido mediante películas y vídeos de YouTube. Así es como ha logrado mantener fiel a su público y, a día de hoy, sigue emitiéndose por las tardes en RBB, una cadena pública. Sus emisiones no se han interrumpido en todos estos años y, desde luego, es un icono para los niños alemanes.