Llevan más de 12 años intentándolo, pero la adaptación a la pequeña pantalla de la novela de Erik Larson, El diablo en la Ciudad Blanca, por parte de Leonardo DiCaprio y Martin Scorsese es un proyecto maldito.
Hace poco más de un año, DiCaprio estaba muy cerca de estrenar una temporada de ocho episodios que narraba la historia del arquitecto Daniel H. Burnham, el mismo que ayudó al que se considera el primer asesino en serie de Estados Unidos, H.H. Holmes, a construir el infame Holmes Castle en la Feria Mundial de Chicago de 1893. Pero todo se fue viniendo abajo como un camino de piezas de dominó.
DiCaprio lleva detrás del proyecto desde hace más de 12 años. El actor y productor compró los derechos cinematográficos del libro en 2010 y, previamente, había presentado una idea para desarrollar una película de Holmes de mano de Paramount y con Scorsese como director. Pero no llegó a encajar. Fue en 2019 cuando se anunció que Hulu/Disney+ estaba desarrollando el proyecto.
En 2022, se supo que Keanu Reeves iba a protagonizar la serie. La cosa parecía avanzar, pero el actor dejó el proyecto y, posteriormente, también lo haría su director, Todd Field. Poco después sumaron una nueva complicación, ya Hulu, la plataforma de streaming que iba a estrenar la producción, decidió abandonar el proyecto.
Uno de los asesinos en serie más infames de la historia
Según informa The Hollywood Reporter, cuando Hulu se echó a un lado, se estaba acordando en que Jude Law y Jeremy Allen White protagonizasen la miniserie con Matt Ross como director. Sin embargo, los acuerdos nunca terminaron de cerrarse.
H.H. Holmes es considerado como uno de los asesinos en serie más famosos de la historia de Estados Unidos y ha sido ya interpretado por Evan Peters en American Horror Story: Hotel. Éste construyó un edificio laberíntico de tres pisos que contó con más de 100 habitaciones sin ventanas, puertas a ninguna parte, rampas secretas, habitaciones insonorizadas con una línea de gas para asfixiar a sus víctimas y una bóveda donde poder ver cómo se ahogaban.
Para poder ocultar su diseño, Holmes estaba constantemente contratando y despidiendo a trabajadores de construcción para que nadie tuviese una imagen completa del edificio y se convirtiese así en la trampa mortal con la que soñaba desde un principio.