Con el estreno de la segunda temporada de La Casa del Dragón a la vuelta de la esquina, apenas una semana nos separa de volver a reunirnos con Rhaenyra, Alicent, Daemon y compañía en la nueva etapa de la exitosa serie precuela de Juego de Tronos. Tras el éxito de la primera entrega, la temporada 2 de la ficción retoma la acción prácticamente donde lo dejó la anterior, con el conflicto civil Targaryen conocido como la "Danza de Dragones" ya comenzado y ambos bandos moviendo fichas tanto para conseguir aliados como en forma de advertencia para el otro bando.
La primera temporada de La Casa del Dragón consiguió ser una digna sucesora del fenómeno de Juego de Tronos, pero la tarea se antojaba complicada: a pesar de estar ambientada en un mundo que los espectadores ya conocían bien, el hecho de que la acción transcurriese varios siglos antes de la historia protagonizada por Daenerys, Jon Nieve y compañía hacia necesaria la presentación de todo un grupo de personajes nuevos, ancestros de los que ya conocíamos, que volviesen a calar hondo entre los espectadores.
Y lo consiguieron no solo una, sino varias veces. En los primeros episodios de la serie conocíamos a los protagonistas en una versión más joven para ir conociendo, poco a poco, el contexto y razones por las que comenzaría el conflicto a medida que crecían. Así, hasta llegar al reparto definitivo, varios actores y actrices interpretaron a los personajes para mostrar mejor el paso del tiempo.
Aunque fueron varios los personajes que acabaron siendo interpretados por diferentes actores y actrices, el cambio más notable fue el de Rhaenyra Targaryen y Alicent Hightower, que fueron interpretadas por dos jóvenes actrices, Milly Alcock y Emily Carey, en los cuatro primeros episodios antes de que las definitivas, Emma D'Arcy y Olivia Cooke, recogieran el testigo.
El cambio de actrices en el quinto episodio de la quinta temporada no pasó para nada desapercibido por los espectadores, quienes recibieron con los brazos abiertos a D'Arcy y Cooke pero, al mismo tiempo, le habían cogido cariño a las anteriores.
Dos años después de aquello, quizá no te has dado cuenta de que una de ellas es una de las protagonistas de Geek Girl, una serie de comedia británica estrenada hace poco en la plataforma de 'streaming' Netflix pero que ya forma parte del top 10 de lo más popular en más de 60 países.
En Geek Girl Emily Carey interpreta a Harriet Manners, una adolescente neurodivergente con dificultades para encajar y que siempre se ha sentido más cómoda no siendo el centro de atención, que, tras llamar la atención de una agencia de publicidad, se convierte en una de las modelos más destacadas del mundo de la moda. A partir de ese momento, Harriet, que nunca había sido especialmente llamativa en nada, se convierte en el centro de atención, algo a lo que no está acostumbrada.
Inspirada en la saga de novelas homónima de Holly Smale, la serie juvenil ya tiene una primera temporada de 10 episodios en la plataforma de 'streaming' y, aunque todavía no hay confirmación oficial de una segunda temporada en Netflix, es muy posible que pueda continuar con nuevas entregas, puesto que hay material de sobra por adaptar.