En una serie es muy frecuente que los actores se vuelvan especialmente protectores con sus personajes, tratando de resistirse a decisiones creativas que creen que van en contra de lo que se ha estado intentando contar. Esto sucede especialmente en trabajos de largo recorrido, aunque algunas logran liberarse de estas rencillas.
Es un poco el caso de Los Simpson, donde los guionistas pueden sentirse a gusto intentando explorar límites de sus personajes o de los chistes sin que haya problemas con los actores. Así los explicaron Mike Reiss y Mathew Klickstein, dos guionistas de largo recorrido en la popular serie de animación en su libro Springfield Confidential.
”Es muy liberador escribir para personajes de dibujos animados porque no se toman las bromas como algo personal” escribió Reiss, que se topó con más resistencia en serie de acción real. Como los actores no se dicen las líneas más hirientes cara a cara, es más complicado que se las tomen a pecho, por lo que en las salas de guion de Los Simpson “las frases crueles vuelan libremente”.
Una broma muy mezquina
Aun así, si tuvieron un momento de roce con uno de los actores por una línea de diálogo. Hank Azaria, que da voz a personajes como Lenny o Carl y, sobre todo, a Moe Szyslak, tuvo un problema con uno de los chistes recurrentes en la serie, que eran las llamadas telefónicas con bromas al bar de Moe. Fue en el episodio 7 de la tercera temporada, el segundo especial de Halloween conocido como La casa-árbol del terror II.
Nunca entendí esta escena de 'Los Simpson' y ahora me entero de que se basa en un momento histórico realEn ella, Bart obtiene poderes divinos para hacer lo que le da la gana, por lo que los adultos de Springfield están aterrados de igual modo que en el episodio de La dimensión desconocida al que se hace homenaje (It's a Good Life). En ella Moe recibe la llamada de broma clásica de Bart, y termina diciendo “Soy un cretino con cara de gorila y un culo gordo y apestoso… Y me encanta besarme el culo”. Azaria se oponía a tener que decir este chiste pero, como explicó Reiss, “acabó haciéndola” ya que la mezquindad extrema era parte de la gracia.
Si quieres recibir nuestras propuestas y los estrenos en tu mail suscríbete a nuestra Newsletter