No todo el mundo puede empezar su carrera como guionista con una película que cambie todo un género mientras, al mismo tiempo, lo homenajea, pero Kevin Williamson lo consiguió -y de qué manera- gracias a Scream. Tenía 31 años y se le rifaban en todos los sitios: hizo Dawson Crece, Sé lo que hicisteis el último verano, Secuestrando a la Señorita Tingle... Y después desapareció durante años hasta que volvió, por todo lo alto, con una serie de vampiros adolescentes en CW: Crónicas vampíricas. Nadie se hacía una ida del éxito que iba a suponer para todos los implicados.
Corre que te muerdo
Durante 171 episodios, Crónicas vampíricas no solo fue un éxito, sino que hizo nacer una franquicia que hasta ahora tiene una serie de cómics y dos spin-offs, The originals y Legacies, que terminó en 2022 y que, salvo gran sorpresa, también ha acabado con la saga. Y es una pena, porque tenía potencial y, al fin y al cabo, los 13 libros en los que se basa aún tienen historias por contar... aunque algunas fueran escritas por un escritor fantasma.
Y hablando de escribir, nadie en la serie se dio cuenta en ningún momento de que había perdido por completo todo su significado: Crónicas Vampíricas (en inglés, The Vampire Diaries) se llamaba así porque Elena, en cada episodio, escribía en su diario. Sin embargo, un día dejó de hacerlo, la serie continuó por su cuenta y solo en la temporada 7 le dan un diario a Carolina para que continúe escribiendo. Lo hace ese capítulo y no vuelve a tocarlo nunca más. En fin.
Por cierto, a sus 59 años, Williamson sigue muy unido a sus orígenes. Tanto, que, tras 25 años sin dirigir, volverá a hacerlo en la séptima parte de Scream... Si es que, después de despedir a sus dos actrices principales, aún queda alguien que quiera volver a un barco hundiéndose. A nadie le gustan tanto las películas de terror.