Después de años pidiendo a George RR Martin que escribiera la sexta novela de Canción de hielo y fuego, el autor se congració con sus fans escribiendo... una precuela. Fire & Blood contaba la historia de los Targaryen siglos antes de la llegada de Daenerys y, según anunció en 2018, se trataba tan solo del primero de dos volúmenes. Si no vas a acabar algo, no lo acabes a lo grande. No fue un exitazo entre los críticos como la saga principal de la que proviene, pero sí consiguió su objetivo: dar más material a HBO para que pudiera adaptarse después de Juego de Tronos.
Retorno a los Siete Reinos
Y si en Juego de Tronos había tres dragones que se hicieron ampliamente populares, en La casa del dragón son el pan de cada día. Uno de los dragones más importantes es Bruma, el dragón de ser Laeron Velaryon, que, a la muerte de este, pasó a ser montado por Addam, su hijo bastardo. Sin embargo, esto ocurre en los libros, porque en la serie hay un cambio mayúsculo: Laeron Velaryon sigue, hasta donde sabemos, vivo y lejos de los Targaryen después de fingir su asesinato.
Sin embargo, el espectáculo debe continuar, y Bruma se ha aliado ya con Addam. Esto parece sencillo de entender dados los saltos temporales, pero lo cierto es que en esta mitología los dragones tienen un mismo dueño con el que se han unido durante el resto de la vida de este. Sin embargo, si Laeron sigue vivo, ¿por qué ha aceptado con tanta facilidad a Addam? Abre dos posibilidades: una, que el Velaryon haya muerto fuera de pantalla y nadie haya hablado de ello. Y dos, que Bruma haya aceptado su ausencia y decidido mover adelante.
De momento solo quedan dos episodios para terminar esta temporada, y Poniente tiene aún muchísimo que darnos, porque el fin de Juego de Tronos solo fue, realmente, el principio de la franquicia pura y dura. Y, si sigue a este nivel, esperemos que por muchos años.