Originalmente, Xena iba a morir después de aparecer en una trilogía de episodios de Hércules: sus viajes legendarios. Sin embargo, los productores tuvieron la suficiente cabeza como para no permitirlo y, en lugar de matar a Lucy Lawless, le dieron su propia serie, la archiconocida Xena, la princesa guerrera, que duró 134 episodios y se convirtió en una serie de culto (tanto, que es una suerte que su reboot acabara cancelándose antes de empezar a rodar), y el trampolín de unas cuantas famosas estrellas.
He is a Starr
A lo largo de los episodios de Xena pasaron actores como Bruce Campbell, Ted Raimi o Karl Urban. Pero, sin saberlo, le dieron la primera oportunidad a un chaval de Nueva Zelanda que trabajaba en una gasolinera mientras trataba de cumplir su sueño de ser actor, y que tres décadas después se convirtió en el villano más querido de la televisión coincidiendo en la misma serie, curiosamente, con Urban: Antony Starr.
En la primera de sus dos apariciones, en la temporada 2, Starr interpretó a David en una especie de versión de la leyenda de David contra Goliat. Sin embargo, ya había aparecido antes, y en la serie confiaron que nadie se daría cuenta del truquito. Concretamente le convirtieron en un centauro al que Xena ayudaba. Como recordaría años después, "Me pusieron unas mallas y me hicieron ponerme de pie enfrente de una pantalla verde pretendiendo ser un caballo al que le fallaba una pierna". Bueno, algunos lo han tenido peor para entrar al mundo del show business.
Después de Xena, Starr apareció en un par de episodios (de 7900 en total) de la serie Shortland Street, y fue picando papeles episódicos aquí y allá hasta que en 2005 consiguió protagonizar su propia serie, la olvidada Outrageous Fortune. A partir de ahí, su destino estaba escrito en las estrellas, y fue saltando de Banshee a American Gothic y de ahí, finalmente, a The Boys. Y a ver quién le tose ahora al Patriota.