Si te preguntamos cuántas transformaciones de Super Saiyan hay (sin contar las de Dragon Ball Super), probablemente digas que cuatro: los tres niveles que se mostraron en Dragon Ball Z y el cuarto, de Dragon Ball GT. Sin embargo, ¿y si te decimos que hay una quinta fase, aunque es exclusiva de los mangas hechos por fans? Es más, ¡tiene sabor español! Sí, sí, como lo oyes.
Un nivel más
Todo empezó en la revista Hobby Consolas, concretamente en el número 92 de mayo de 1999. GT ya se había estrenado en VHS pero los fans querían, como fuera, más Dragon Ball, aunque se lo tuvieran que crear ellos mismos. Eso es lo que hizo David Montiel Franco, que creó a su propio personaje original, Tablos, con el pelo plateado y desperdigado para la mítica sección de correo de Yen. Como pie de imagen, ideó el logo de una nueva serie de su invención: Dragon Ball AF. El dibujo empezó a moverse por un primitivo Internet y vio nacer un auténtico mito.
Pronto muchos empezaron a decir que AF, que significaba "Alternative Future", realmente era "After the Future", y que ese personaje era Goku en su transformación como Super Saiyan 5. AF se convirtió en un auténtico mito donde, de hecho, empezó a trabajar el autor actual de Super, Toyotaro, y que cuenta con varias series creadas por distintos autores: la saga de Zaiko, la saga de Kaarat, la saga del Angel Z, la saga de Celbuzer (la fusión de Freezer, Célula y Vegeta)... En fin, una auténtica locura que sirvió para aguantar todos estos años sin historias nuevas oficiales, y que algunos dicen que superó en calidad a Super.
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A posteriori llegamos a tener Super Saiyajin 6, Super Saiyajin 7 (con el pelo azul oscuro), Super Saiyajin 8 (con el pelo largo medio amarillo medio blanco), Super Saiyajin 9 (que volvía al pelo plateado), y hasta Super Saiyajin 10, la última de la lista, en el que el poder prohibido se apoderaba de aquel que osase transformarse. Fue la última transformación de Goku antes de morir en AF, y solo se le vio así durante unos segundos. Si algún día te hartas de esperar a Dragon Ball Daima, aquí tienes por dónde empezar. Con sabor español, por cierto. Olé.
