En un principio, Penny no existía. De hecho, había dos mujeres en The Big Bang Theory: Katie, una mujer dura pero con un interior vulnerable que acababa compartiendo piso con Leonard y Sheldon, y Gilda, una científica amiga de ambos que se sentía amenazada por su presencia. Sin embargo, después de ver el piloto, el público de prueba decidió que odiaba a Katie pero adoraba a los dos frikis protagonistas. Dicho y hecho: era el momento de fusionar a ambos personajes femeninos en uno y probar otra vez. Amanda Walsh e Irish Bahr se fueron a la calle (no os preipcupéis, encontraron trabajo pronto) y entró una tal Kaley Cuoco.
Toc, toc, Briana
Antes de The Big Bang Theory, la carrera de Cuoco estaba empezando a despegar: fue una de las protagonistas de Embrujadas durante su última temporada (aunque no acabó de gustar ni a crítica ni a público porque se trató de una exigencia del canal, que quería ver nuevas caras) y se estaba especializando como actriz de voz cuando la serie pegó el pelotazo... Y Penny se convirtió en el objeto del deseo de media América.
Y, dado su importante papel en la serie, pudo salirse con la suya con pequeñas cosas, como meter a su hermana Briana en un pequeño papel para un episodio de la temporada 6 donde interpretó a Gretchen. Briana Cuoco, por cierto, también ha aparecido en otra serie de su hermana, Harley Quinn, haciendo de Batgirl, otro de los personajes principales. ¡Ah! Y ha conseguido hacerse famosa finalmente gracias a las redes sociales.
225.000 personas la siguen en Instagram, y ese éxito ha llevado a convertirse en una de las protagonistas de Los detectives muertos, en Netflix, ya sin ir cogida de la mano de su hermana. ¿Veremos algún día un reboot de The Big Bang Theory en el que Briana tenga un papel más grande? Quién sabe.