Originalmente, Robert Kirkman pensó que podría idear el cómic de The Walking Dead como una especie de secuela de La noche de los muertos vivientes, ambientada en los años 60. Sin embargo, desde la editorial, Imagen, le pidieron que le diera una vuelta. Entonces tuvo una nueva idea: mezclar a los zombis con alienígenas. El giro fue lo suficientemente bueno e impactante como para que le dieran el visto bueno. Lo que no imaginaban en Imagen es que Kirkman no tenía ninguna intención de meter extraterrestres y solo quería empezar a publicar, demostrar que era un éxito y que nadie volviera a pedirle cambios nunca más.
Toca morirse
A lo largo de The Walking Dead morían más de 180 personajes humanos, aunque de estos solo unos pocos resultaban importantes para el público (para qué negarlo). Pero pocas muertes marcaron a los fans como la de Glenn, que apareció por primera vez en la segunda entrega del cómic y, a su vez, en el piloto de la serie. Duraría seis temporadas antes de morir, y en el cómic más de 100 números. Y su asesinato dejó marca en el público.
Lógicamente, por otro lado: Glenn era uno de los personajes favoritos de los fans, y en una escena eliminada le dieron ese final perfecto que realmente necesitábamos ver. Después de la epidemia zombi, Glenn sobreviviría y acabaría comiendo con el resto del reparto y jugando con su hijo, ese que nunca llegó a ver nacer. Aunque, bien pensado, si la hubieran incluido nos habrían roto el corazón en mil millones de pedazos.
Por cierto, si has dejado un poco de lado The Walking Dead pero te apetece volver, debes saber que la saga continúa, De hecho, solo este año hemos tenido temporadas de tres series distintas: Dead City, Daryl Dixon y The ones who live. Y, por supuesto, ya están preparando maneras de continuar. Los fans de los zombis nunca dejarán de estar de enhorabuena.