Aunque Jesús Olmedo (Sevilla, 1973) realiza multitud papeles en televisión desde que comienza su andadura como actor, no es hasta el año 2001 cuando su cara se convierte en una de las habituales en la pequeña pantalla gracias a su papel en el serial vespertino de Telecinco 'Esencia de poder', que protagoniza junto a Roberto Enriquez y Mariàn Aguilera. A lo largo de su carrera realiza importantes papeles en series tan conocidas como 'Aquí no hay quien viva', '90-60-90. Diario secreto de una adolescente' u 'Hospital Central', y en algunos títulos cinematográficos como 'Noviembre', '8 citas' o 'La herencia Valdemar'. En 2010 ficha para interpretar a Marco, un despiadado general romano, en 'Hispania', la nueva serie de época de Antena 3 que el pasado 10 de mayo estrenó su segunda temporada. Protagonizada entre otros por Lluis Homar y Roberto Enriquez, la ficción se emite los martes a las 22.00 horas.
¿Cómo ha evolucionado su personaje, Marco, respecto a la primera temporada de 'Hispania'?
Terminamos la pasada temporada con la, aparente, desaparición del pretor, con lo cual Marco se encarga de dirigir el campamento romano y, aprovechando la coyuntura, unir lazos, más si cabe, con Claudia [Nathalie Poza]. En ese punto aparece el general Fabio [Iván Sánchez], el hijo de Galba [Lluis Homar], y lo trastoca todo un poco. Cuando se descubre que Galba no está tan desaparecido como parecía, Marco vuelve a ocupar un papel en el que no se siente cómodo. Ya no sólo tiene a Galba por delante, sino que también a su hijo. Esto hace que Marco se plantee cruzar muchas líneas que en la primera temporada o bien no se atrevió o las cruzó de puntillas. Ahora no sólo se va a atrever a cruzarlas, sino a tomar importantes decisiones y siempre con el apoyo incondicional de Claudia. Es un Marco bastante más oscuro que en la primera temporada y con las cosas más claras, con una ambición bastante más arraigada que en la primera temporada, en la que pugnó por el honor, o el codigo militar, que era intocable. Esta temporada sin embargo veremos que no sólo lo toca, sino que se lo salta sin ningún problema.
Y la llegada de Fabio es el detonante de este cambio.
Que le pongan a Marco un nuevo general, que además está por encima de él, ya es bastante injusto, porque es él quien se ha estado encargando de mantener el campamento romano y de tener controlados a los hispanos. Y luego, cuando descubre que es hijo de Galba, es la gota que colma el vaso. No va a haber buena relación con Fabio y la competencia entre ambos surge desde el minuto uno. Cuando Galba aparece y, obviamente, elige a su hijo, Marco queda en una situación en la que no se siente nada cómodo y va a hacer todo lo que esté en su mano para cambiarlo.
Jesús Olmedo en una escena de 'Hispania'.
¿Cómo evolucionará la relación con Galba ahora que éste es consciente de la deslealtad de Marco?
En Roma nos necesitamos todos y eso es lo mejor de la parte romana. En Roma todo es bastante enrevesado, menos claro y bastante turbio. Y nos necesitamos todos de alguna u otra manera. Claudia me necesita para conseguir su objetivo, Galba necesita el apoyo de su mujer para que en Roma lo vean con buenos ojos y, aunque haya habido muchos conflictos en ese triángulo, sabemos que tenemos que apoyarnos unos a otros en la medida de nuestras posibilidades y necesidades. En este triángulo aparece Fabio y, lógicamente, Galba toma partido por él porque es su hijo, pero sabe que sigue necesitando a Marco, aunque no quiera. No puede prescindir de su perro de caza.
¿Sobre todo porque la relación con su hijo va a pasar por muchos altibajos?
Todavía hay que descubrir esa relación y hay que ver cómo Fabio se desenvuelve en el campo de batalla. Galba sabe que en Marco puede confiar. A pesar de que sea complicado cargarse a los hispanos, le sigue dando muy buenas alegrías.
¿Y cómo continuará la complicada historia de amor de Marco y Claudia?
La palabra que define la relación entre ambos es la libertad o la falta de ella. Somos libres hasta que sabemos que Galba está vivo y que vuelve a Hispania con ganas de poner todo en su sitio, y nos vemos obligados a tomar medidas al respecto. No sé como terminará la relación porque estamos todavía en el ecuador del rodaje de la segunda temporada.
¿Qué tal la experiencia de interpretar a uno de los "malos de la película"?
A nivel profesional es muy divertido tener un personaje así, tan extremo. Es maravilloso. A veces como actor necesitas tirar de cosas tuyas, buscar situaciones que hayas vivido o aportar al personaje vivencias personales. Sin embargo, en este caso es imposible porque estamos hablando del siglo II a.C. y de un personaje absolutamente radical. Eso es maravilloso. Es muy divertido. Trabajo mucho desde el juego y la diversión, no entiendo el trabajo de otra manera y me lo estoy pasando en grande con un personaje tan radical. Luego, a nivel del público, es odioso, y es lo maravilloso de Marco. Todos los personajes romanos tenemos facilidad para ser odiados y eso, como profesional, es un regalo. Es curioso meterse en su piel porque es un tío al que no le tiembla la espada al matar a alguien, da igual que sea un niño, una mujer o un caballo.
¿Y no es difícil ponerse en la piel de alguien para quien la vida tiene tan poco valor?
Es cuestión de encontrar los matices y fue muy fácil. El primero es que estamos hablando del siglo II a.C., y el segundo es que no había otra manera de conquistar nada más que con la muerte. O matabas o te mataban. Roma no tenía otra manera de conquistar territorios más que matando a todo el que no estuviera a favor de Roma. O estás conmigo o estás contra mí. Con esos dos matices, Marco ya empezó a andar solo. Luego le vas añadiendo que odia a los hispanos, que para él son una raza inferior. Digamos que podría ser el nazi del siglo II a.C. Tú no te planteas si vas a pisar una cucaracha cuando está en tu casa, porque es una cucaracha. Para él los hispanos sólo son ratas y hay que exterminarlas. Desde ese código, es fácil justificar el resto.
Sin embargo, también tiene debilidades.
Hasta Hitler estaba enamorado. No deja de ser curioso a nivel profesional descubrir el corazón y la ternura de un personaje tan absolutamente radical y extremo. Quizás eso hace todavía más rico al personaje. Todo es extremo en Marco y eso es maravilloso. El amor, la guerra, la pasión, la envidia, la avaricia... todo.
Jesús Olmedo y Nathalie Poza en una escena de 'Hispania'.
¿Disfruta con el rodaje de las escenas de acción?
Para mí, sin ninguna duda, se está cumpliendo un sueño. Ni en la mejor de mis perspectivas podría haber imaginado que se iba a hacer una serie así en España, con esta calidad y estas características, y que además yo iba a participar en ella con un personaje que requiere manejo de espadas, lucha cuerpo a cuerpo, montar a caballo... Estoy absolutamente fascinado y, ya que he tenido la oportunidad de toparme con un personaje así en una producción así, no quiero que un doble monte a caballo por mí, quiero hacerlo yo. De hecho, antes de empezar a rodar la serie estuvimos dos meses montando a caballo, practicando con espadas con un entrenador personal...
Y ese aprendizaje se habrá notado mucho en la segunda temporada.
Sí. Además, el hecho de tener ese bagaje hace que cuando te toca una secuencia de acción no tengas que pensar en ella, sino tan sólo sentirla y vivirla. No necesitas estar pendiente del caballo porque tienes cierto control sobre él y te limitas a disfrutarlo, que es lo que yo hago. Y las espadas son algo que me maravilla desde que era un enano y tengo una pequeña colección.
¿Han sufrido algún susto durante el rodaje de alguna de estas escenas?
A diario. Tengo heridas hasta en el carné de identidad (Risas). Pero bueno, estás trabajando en condiciones extremas y corres el riesgo de que pase algo. Gracias a Dios está todo bajo control, tenemos un equipo de especialistas y de coreógrafos de lucha que están a la altura de cualquier superproducción que se precie.
'Hispania' es un ejemplo de la evolución que ha experimentado la ficción televisiva en España, ¿qué opinión le merece este paso adelante?
La televisión se está atreviendo a cosas que en el cine no se atreven y también por una cuestión económica. No es lo mismo producir una serie que hacer una superproducción para cine de este tipo, por ejemplo. Es muy positivo que se atrevan a hacer series como esta. Ha habido una especie de moda con respecto a las series de época y todas las cadenas quieren tener una. Igual pasó en su momento con 'Hospital Central', que todas las cadenas querían tener una serie de médicos.
La segunda temporada de 'Hispania' tiene más contenido sexual que en la anterior entrega, ¿le parecía un cambio necesario?
Es algo que igual nos saltamos en la primera temporada porque no era necesario contarlo y porque había otros puntos que el público necesitaba saber de los hispanos y los romanos. Esos puntos ya se saben y ahora entramos en uno un poco más cotidiano de desnudez, no sólo física, sino también emocional de los personajes. Se pasa por el terreno sexual de manera muy natural, no va a ser 'Spartacus'. No va a ser de pronto sangre y polvos porque no es nuestro código. No lo fue en la primera temporada y tampoco lo va a ser ahora. No va a tener una connotación especialmente sexual, sino que se cuenta también esa parte como parte de la evolución de los personajes.
Jesús Olmedo y Nathalie Poza, a caballo durante el rodaje de 'Hispania'.
¿Se esperaba la gran acogida que ha tenido 'Hispania'?
A veces te permites soñar con situaciones así. Me encanta montar a caballo, me gustan las películas y producciones de acción, me vuelve loco manejar una espada... y además el público responde de esta manera tan positiva. Ahora toca disfrutar y aprovechar el momento, pero sin bajar la guardia. Seguir manteniendo el tipo y el nivel, seguir disfrutando como lo hicimos en la primera temporada. Creo que la gente no es tonta. Da igual lo que programen en las cadenas porque tienes un mando a distancia y eres tú el que decide qué ver. La gente en su casa ha decidido ver 'Hispania' y me parece maravilloso. Eso demuestra que se pueden hacer producciones de este tipo en España porque hay público para ver este tipo de series. Si le das algo medianamente diferente y con calidad, y está mal que yo hable en estos términos de mi propia serie, la gente lo va a ver. Si no tuviera todos estos ingredientes igual la gente la vería, pero no de forma tan masiva.
¿Percibió que algo así podía suceder cuando le presentaron la serie?
Estaba absolutamente seguro de que teníamos entre manos un producto diferente. Algo así no había ocurrido nunca en España. Se había intentado de alguna manera, alguna TV movie o en cine algún apunte, pero no había un producto así en televisión, ni de esta calidad creo yo. La gente cree que estamos hablando de una supermegaproducción en la que se ha invertido mucho, pero es una serie igual de cara que cualquier otra. Lo que pasa es que está muy bien invertido el dinero. Además, creo que tiene un elenco artístico que sería envidiable para cualquier superproducción de cine, tiene unos guiones maravillosos, tiene un equipo técnico que si lo vieran los americanos se lo llevarían a trabajar allí. Creo que hay una mezcla de muchas cosas que confluyen en 'Hispania' que hacen que el producto sea así.
De no ser Marco, ¿qué personaje le hubiera gustado interpretar?
Me valdría cualquier personaje de la serie. Cualquiera. Ahora no me cambiaría por ninguno porque estoy absolutamente enamorado de Marco. Tiene colores maravillosos, giros increíbles... Es lo bueno de esta serie, que no hay ningún personaje plano. Mires donde mires siempre puedes rascar y encontrar cosas.
¿Tiene algún otro proyecto entre manos?
No podría. Estamos a tope con el rodaje de la segunda temporada y con proyecto de una tercera. Es imposible mover ficha.
Alicia P. Ferreirós