¿Es Gangs of New York de Martin Scorsese una de tus películas favoritas? Si es así, no puedes perderte la serie Copper, que Fox Crime estrena mañana, jueves 25 de octubre a partir de las 23.00 horas. A medio camino entre el drama episódico policial y la desgarradora trama lineal de títulos como Boardwalk Empire, la primera producción de BBC America se sumerge en el peligroso y multicultural barrio de los Five Points de Nueva York a mediados del siglo XIX y en pleno conflicto de la Guerra Civil americana. Sus creadores son Tom Fontana, Will Rokos y Barry Levinson (Oz, Southland, Sleepers), que han bautizado al protagonista Kevin Corcoran (Tom Weston-Jones). Se trata de un policía irlandés y antiguo boxeador que resuelve casos de violencia y tensión racial. Con muy malas pulgas y problemas con la autoridad, Corcoran se salta a menudo las normas de su trabajo mientras hace lo posible por descubrir el paradero de su mujer y quién fue el responsable de la muerte de su hija.
Copper supone el primer papel protagonista de Tom Weston-Jones, un actor joven pero con una interesante trayectoria en teatro. Nacido en Burton-Upon-Trent pero criado en Dubai por el trabajo de sus padres, el actor ha visitado Madrid recientemente para promocionar su serie. Quizá lo conozcas por hacer del ruso Sasha Gavrik en la décima y última temporada de la británica Spooks o, más recientemente, por encarnar a Merthin en Un mundo sin fin de Cuatro, secuela de Los Pilares de la Tierra de Ken Follett. Patoso confeso, atractivo, tímido y seguidor de This is England '86 o Boardwalk Empire, su trabajo ha convencido a BBC America, que ha anunciado una segunda temporada de Copper para verano de 2013. Su sueño, sin embargo, pasa por "hacer algo moderno algún día", aunque le encantaría hacer una serie sobre la Restauración en Inglaterra.
¿Qué siente cuando su primer título como protagonista es el primero de BBC America?
Creo que el que no sea muy conocido también es beneficioso para la serie y para la cadena. Hay muchas caras nuevas en Copper y estamos lanzando muchas carreras con este proyecto. Y está muy bien que se emita en BBC America, ya que todos intentamos que nuestros nombres se den a conocer. Pero lo que no hay que olvidar es que detrás de Copper hay gente muy importante, como Tom Fontana y Barry Levinson. Saben muy bien lo que hacen y nosotros nos sentimos en buenas manos.
¿Cómo describiría a su personaje, el detective Kevin Corcoran?
Cómo lo describiría... Creo que en muchos sentidos se trata de un antihéroe. Y desde el principio me ha gustado muchísimo el dualismo del luchador que habita en él con su pasado como boxeador. Es un personaje muy gutural que casi siempre sigue sus instintos. Aunque también es un marido y un padre modelo. Lo que me encanta, sin duda, es que es un personaje hipócrita. Con fallos. Básicamente, porque los héroes no existen. Sólo lo hacen en los mundos de fantasía. Y el público creo que conecta mucho más con alguien que sea vulnerable. Con alguien que no sea intocable. Por eso disfruto tanto con Kevin. Recibe las mismas palizas que él se encarga de dar. Inflinge dolor y recibe dolor.
¿Cuál es el rasgo psicológico que más le ha costado a la hora de interpretar?
(Risas). Diría que los procesos de interrogación, que es algo muy intrínseco a los personajes policiales. Tienen que ser muy buenos manipulando la verdad. Hay actores que son muy malos mintiendo y en cambio existen otros que son muy buenos diciendo la verdad. A mí se me da fatal mentir y por eso tengo que manipularme a mí mismo para decir siempre la verdad. Cuando grabábamos los interrogatorios, tenía que esforzarme para parecer lo más manipulador posible.
'Copper' se ha comparado con 'Boardwalk Empire'. ¿Diría que es una serie lineal o una más episódica?
Tiene ambas cosas. Obviamente, las series procedimentales tienen mucho éxito. La gente puede seguirlas perfectamente sin prestar demasiada atención a la trama. Pero yo no me considero muy fan de los procedimentales, la verdad. Lo que sí me gusta de Copper es que, aparte de los casos policiales que puedes seguir episodio tras episodio, existe una historia subyacente sobre los personajes y cada uno de ellos tiene su propio viaje. Si no has visto el capítulo anterior, te vas a perder cosas.
¿Ha utilizado algún modelo para interpretar a un policía de la Nueva York de finales del siglo XIX?
Muchas veces me han preguntado si me había fijado en John Wayne para dar vida a Kevin Corcoran, pero la verdad es que no me he propuesto copiar un modelo ni nada parecido. Me encanta el cine y a veces tienes que dejar que las cosas simplemente ocurran. Y sí que he ido añadiendo ingredientes al personaje, como su pasado como boxeador, que se deje llevar por su instinto... El hecho de que cuando boxea lo haga sin guantes. Cuando coges a un boxeador fuera de combate, destacan por su gentileza. Pero cuando alguna clase de autoridad lo presiona, entonces se dedica a morder y escupir. Ese es el dualismo de Kevin. Alguien que puede ser muy educado y que también es una persona con la que no quieres cruzarte.
¿Qué mueve más a Kevin? ¿Su drama personal o la búsqueda de la justicia?
Creo que es su vida personal. Aunque también es muy buen detective y tiene un gran sentido de la justicia. Pero a medida que íbamos grabando la serie, me di cuenta de que lo que le mueve en definitiva es la historia de su mujer y su hija. Esa es su motivación en la vida y donde se apoya. Porque el que le hayan hecho mucho daño, anubla a veces su sentido de la justicia.
¿Qué relación une a su personaje con la del doctor negro Matthew Freeman?
Es una de mis favoritas; la que tengo con el personaje de Ato Essandoh. No la definiría como amistad, porque no lo es. Diría que es más bien circunstancial. Aunque ambos ven que es posible una futura amistad, en algunos momentos los dos responden a los estereotipos. Por ejemplo, Kevin puede ser muy racista. Porque en la época era un factor muy real. No hace tanto tiempo, realmente. Y el racismo aún está muy presente en nuestra sociedad. El racismo en América sigue existiendo. Lo que queríamos mostrar entre Kevin y Matthew es esa sensación de relación peligrosa.
Al principio de la serie, una niña pequeña ofrece sexo a cambio de un huevo duro. ¿Somos más permeables al sexo y a la violencia por series como 'Copper' o 'Juego de tronos'? ¿Le parece algo positivo?
Pienso que el límite de la representación del sexo o la violencia en las series es una línea muy fina. Y de verdad creo que Copper está en el lado correcto de la línea. Podían haber puesto a una niña de 14 años para interpretar a una más joven, pero al final apostaron porque lo hiciese una de nueve. Y menos mal que la niña que lo hizo estaba muy bien de cabeza. Pero la serie tiene que mostrar sexo, violencia y drogas. Porque pasaba en aquella época en el barrio de Five Points. Nunca deberías juzgar al personaje que interpretas, aunque a veces se haga. Tienes que desprenderte del código moral que tenemos ahora y pensar realmente en cómo era la vida entonces. En aquella época, los 11 años eran una edad legal para el sexo. Pero ahora es muy incómodo pensar algo así. Al final, Kevin es como el equilibrio. Sobre todo porque no es tan cruel como el resto.
El reparto de Copper incluye a Franka Potente (El caso Bourne) y Anastasia Griffith (Érase una vez)
¿Cómo se ha adaptado a las costumbres del siglo XIX?
En gran medida el proceso ha consistido en olvidar. Sí que hice investigación. He intentado leer la mayor cantidad de documentación, pero para luego poder olvidarla. Cuando grabo una escena, no necesito saber cuánto arroz llevaron a Nueva York en el siglo XIX. Y me frustra la gente que actúa así porque no dejas de crear un muro entre el espectador y tu personaje. No hay que olvidarse de que tu personaje es una persona y que debes construirlo del suelo hacia arriba.
La referencia de 'Gangs of New York' es inevitable. ¿Le ha influído?
Evidentemente van a comparar la serie con Gangs of New York. No por el estilo necesariamente, pero sí por el contenido. A mí me encanta la película, pero decidí no verla antes de grabar la serie para que no me pesara. Gangs of New York es como una obra de teatro, una ópera. Es enorme. Copper es más pequeña, más claustrofóbica, más íntima. Tenemos el lujo de tener 10 horas. Y Gangs son dos horas, y sabemos que Martin Scorsese es el tipo de director que pone toda la carne en el asador. Aquí lo que intentamos es que el espectador viaje situándose encima del hombro de los personajes.
¿Le ha costado poner acento irlandés siendo británico?
No. Me gustan los acentos. Los encuentro liberadores. Todos tenemos un acento que somos incapaces de hacer. Pero he hecho teatro haciendo de irlandés y de americano, así que no ha sido ningún problema. Y el barrio de Five Points era una zona muy pequeña donde convivían culturas muy diferentes como alemanes, irlandeses, chinos, africanos, polacos... Kevin habría tenido relación con todos ellos, sobre todo al ser detective, y por eso hicimos una base americana pero con detalles irlandeses.
'Copper' demuestra que cada vez hay menos diferencia entre una serie británica y una americana...
Es cierto. También es verdad que la televisión británica nunca ha tenido el dinero de la americana. Y no estoy diciendo que la británica sea peor, pero quizá es un poco anticuada. En América se piensa que los ingleses hacemos muy bien el género de época, con lo que estoy de acuerdo. Pero a medida que se va experimentando en televisión y en cine independiente, los ingleses intentan juntar ambos puentes. Tengo ganas de que llegue el día que hagamos co-producciones y no sepamos diferenciar si una serie es americana o inglesa. Sería fantástico. Creo que todos saldríamos ganando.
¿Encuentra mucha diferencia entre 'Copper' y el paradigma de la nueva serie británica 'Spooks'?
El equipo de Copper es canadiense, pero la diferencia es que Spooks era un proyecto mucho más pequeño a pesar de que teníamos más tiempo. Ya tenían un vocabulario para la serie, sabían lo que funcionaba y lo que no y querían terminar por todo lo alto. Yo me sentí como que engañaba a todo el mundo. Llegué al final de un título con mucho éxito. Pero en Copper intentamos averiguar qué estamos haciendo. Es como un bebé. Algo fresco. Algo nuevo. Y lo siento mucho más mío que el hecho de participar en algo que ya tiene éxito. Son distintas y aún así he aprendido mucho con las dos.
¿Qué le ha aportado Corcoran y qué piensa que le seguirá aportando?
(...) La verdad es que, aunque suene raro, ha conseguido que quiera tener hijos. Grabando la serie me he dado cuenta de que tengo varias cualidades para ser padre. Al final de la primera temporada, pienso que el público va a quedar muy sorprendido por lo dañado que acaba Corcoran. Destrozado, realmente. Me gusta mucho interpretar a marginados o a personas que no están dentro de lo normal. Y a Corcoran cada vez le empujan más y más afuera. Creo que le van a seguir dando palizas.
Su compañera Anastasia Griffith hace de princesa en 'Érase una vez'. ¿Kevin tiene algo de príncipe encantador?
No (Risas). Pero tiene el potencial para convertirse en esa clase de persona. Y tiene que ver con una de mis escenas favoritas de la primera temporada, que al final quedó eliminada del montaje. En ella, Corcorans se prepara para ir a un baile y hasta lleva un esmoquin que alguien le ha hecho. Y mira su sombrero de policía completamente hecho polvo. Y luego tiene un sombrero de copa. Mira los dos, tira el sombrero de copa y se pone el polvoriento. Y esa acción es algo que define mucho al personaje. Lo que pasa con Elizabeth Haverford, el personaje de Anastasia, es que produce una atracción en Corcoran por representar un mundo completamente distinto. Fantástico. Místico. El de Kevin es sucio y agresivo. Ya veremos.
Copper
Santiago Gimeno