Apenas restan dos semanas para el estreno de la segunda mitad de la quinta temporada de Breaking Bad y, aunque los detalles sobre lo que le espera a Walter White en los nuevos episodios permanecen en absoluto secreto, el equipo ha querido arrojar un poco más de luz sobre la recta final de la ficción durante su encuentro con la Television Critics Association. El creador de la exitosa serie, Vince Gilligan, ha revelado que, aunque le encantaría el desenlace fuese del gusto de todos los fans, finalmente ha optado por el final que a tanto a él como a su equipo les parecía más adecuado para la historia.
"¿Cómo satisfacer a todo el mundo?", se pregunta el productor. "Cuanto más se escuchaba a la gente, más fracturadas acababan mis ideas. Según me aproximaba pensé que la mejor manera de llegar a algo que le gustase a la mayoría de la gente sería satisfaciéndonos a nosotros mismos. Estoy muy orgulloso del final. Soy muy cauteloso en mi estimación general sobre cómo la gente reaccionará ante las cosas. Espero no estar muy equivocado en mi estimación de que a la mayoría les va a encantar el final". El protagonista de la ficción, Bryan Cranston, por su parte, no duda en bromear con el esperado desenlace: "Creo que todo el mundo va a acabar satisfecho con el final. Walt tiene un gran depósito de bien para compartir con todo el mundo y reparte felicidad durante los ocho últimos episodios. Y todo se olvida".
Obviamente, la recta final de ocho episodios estará muy lejos de las grandes dosis de felicidad con las que bromea el actor. Cuando el comienzo del fin arranque en AMC el próximo 11 de agosto, Walt se habrá alejado de Jesse (Aaron Paul) y tendrá que enfrentarse a que su cuñado Hank (Dean Norris) haya descubierto su secreto. ¿Se merece un final feliz a pesar de todo lo que ha hecho? "Realmente creo que todo el mundo es capaz de ser bueno y malo. Todos tenemos un espectro de emociones, tan complejas como sean, y dependiendo de las infuelcias que tengas, puede salir lo mejor o lo peor de ti. Si se dan las circunstancias, cualquiera de nosotros puede volverse peligroso", apunta Gilligan.
Alicia P. Ferreirós