Wagner Moura ya lo dijo en una entrevista: Pablo Escobar muere. Muchos se llevaban las manos a la cabeza, otros renegaban ya de la serie, algunos no se sorprendían porque la historia del narcotraficante más famoso de Latinoamérica era simple y llanamente eso, historia. Aunque tal como diría Kavafis hoy día, al emprender el viaje a la segunda temporada de Narcos, desea que el camino sea largo y lleno de peripecias.
Y afortunadamente la nueva entrega de la serie original de Netflix ha conseguido estar a la altura de la primera, incluso mejorándola en todos los sentidos. En una incipiente entrega de Narcos podíamos ver como varias tramas estaban hiladas indirectamente por Pablo Escobar, como por ejemplo, todo lo que le ocurría al agente Steve Murphy (Boyd Holbrook) con su esposa Connie Murphy.
Esta vez, Netflix ha querido hacer de Pablo Escobar el principal punto de fuga de la serie, donde todas las tramas y personajes llevan a un lugar: al narcotraficante más famoso del mundo. Esta segunda temporada a veces se desliga mucho más de la ficción para centrarse en la cruda realidad de lo ocurrido cuando aún vivía Escobar.
Aparecen nuevos personajes que le harán la vida imposible a Pablo, entre los que se encuentran la magnífica Judy Moncada, los Pepes o el Bloque de búsqueda. Todo contado bajo un punto de vista donde un implacable Pablo Escobar también tiene su lado humano. Recordemos que se rumorea que a su hija -su princesa- le regaló un unicornio realizado con un caballo y un cuerno de toro pegado en su cabeza. Sin embargo, a los pocos días murió por las heridas ocasionadas por el cuerno. Una anécdota que refleja perfectamente la parte de un padre que haría todo lo que estuviese en sus manos para su familia y la otra la de una persona sin escrúpulos ninguno para cualquier acto, algo que se puede ver perfectamente en esta nueva entrega.
A pesar de todo, se echan un poco de menos las intervenciones de Pedro Pascal y Boyd Holbrook como los agentes de la DEA que persiguen sin descanso a Pablo Escobar. Su química a veces es ahogada por los otros y necesarios personajes secundarios que giraban en torno a este famoso narcotraficante colombiano.
Lo mejor: Judy Moncada interpretada por Cristina Umaña
Lo peor: Despedirse para siempre de Wagner Moura como un magnífico Pablo Escobar.