Aunque muchos fans de Juego de Tronos recordarán con cierto cariño a Ramsay Bolton -gracias, en su mayor parte, a brillantísima interpretación de Iwan Rheon-, lo cierto es que la muerte del malvado villano era necesaria para hacer justicia con el personaje, probablemente el más sanguinario y cruel de la trayectoria de la serie de HBO.
Tras la polémica escena de la quinta entrega en la que Ramsay violaba a Sansa, el personaje de Sophie Turner lograba vengarse de su marido tras la victoria del ejército liderado por Jon Nieve en la apodada Batalla de los Bastardos librada en el noveno episodio de la sexta temporada. Tras sobrevivir a la batalla, el heredero de la Casa Bolton fue llevado como prisionero a las mazmorras, donde sus propios perros se encargaron de hacer el resto.
No hizo falta mucha imaginación para saber lo que aconteció allí abajo, pero, según ha revelado a Vulture el supervisor de efectos especiales de la empresa Image Engine, la intención inicial es que la escena fuese mucho más gore.
"Rodaron la escena con varias tomas. Un pase del perro en una pantalla verde, luego Ramsay en una pantalla verde, y luego también teníamos una plancha con el fondo en el que lo unimos todo", explica Mat Krentz. Asimismo, los artistas de la empresa dedicada a este tipo de escenas de la serie también crearon una mandíbula CGI para el personaje y la animaron para que la carne saliese entre la piel y encías de Ramsay. Sin embargo, el efecto resultaba demasiado fuerte incluso para Juego de Tronos.