Cuando tenía 14 años, Diane Guerrero volvió a casa después del instituto y no encontró a sus padres allí, como era habitual. La comida estaba a medio hacer, por lo que estaba claro que algo malo había pasado. Fueron deportados y, desde entonces, no han vuelto a Estados Unidos. "Yo lo describo como uno de los momentos más silenciosos de mi vida". Esta es la dura situación que vivió la actriz de Orange is the new black en su adolescencia y con lo que lleva luchando desde entonces. Guerrero cuenta todo por lo que tuvo que pasar en el libro En el país que amamos: Mi familia dividida, que fue presentado recientemente en el programa de Netflix de Chelsea Handler.
"Lucharon mucho para obtener la nacionalidad y en mi libro describo los obstáculos que se encontraron. Específicamente, no tenemos un sistema de inmigración actualizado, así que les falló. Tomaron malas decisiones, abogados sin escrúpulos, etcétera", explica la actriz. Como ella nació en Nueva Jersey, es ciudadana americana y cuando los agentes de inmigración se llevaron a sus padres se quedó completamente sola.
"Tuve que actuar rápido y hacer unas llamadas. Mis padres me habían preparado para eso porque es una cosa muy común y era un tema muy importante en mi casa. Como era ciudadana, sabía que no podían echarme, pero pensé que irían a ver qué pasaba conmigo. Esperé a que fuese alguien para informarme. Pero no lo hicieron. Así que llamé a una amiga, y ella y su madre vinieron y empezamos desde ahí. Fui a ver a mis padres y acabaron deportándolos. Yo seguí yendo al instituto y me quedé con varias amigas hasta que entré en la universidad y me fui a vivir sola".
Ahora, Guerrero ha utilizado el libro para aceptar la verdad de lo que ha vivido y salir de la depresión que ha vivido durante muchos años. Al mismo tiempo, es una forma de mostrar lo que les ocurre a los inmigrantes y de ayudar para que no caigan en la misma trampa.