Este viernes Netflix estrena su nueva ficción, Una serie de catastróficas desdichas. La adaptación de las novelas de Lemony Snicket pretende ser un gran éxito gracias a la gran labor de su protagonista, el villano Conde Olaf, encarnado por Neil Patrick Harris. Esta semana, con motivo del estreno, el escritor, cuyo verdadero nombre es Daniel Handler, ha concedido una entrevista a Entertainment Weekly en la que ha hablado sobre el futuro de la serie.
"Estoy trabajando profundamente en la temporada dos. He estado trabajando en mi propio salón con un equipo de guionistas y realmente me gusta la siguiente temporada, y esperemos que también haya una tercera, que, debido a lo rápido que los actores jóvenes crecen y cambian, estamos intentando rodar tan rápido como podamos. La segunda temporada tendrá 10 episodios y abordará los siguientes cinco libros, por lo que terminará con El carnaval carnívoro, y la tercera temporada será el resto", ha argumentado Handler pese a no contar con una renovación oficial.
Además de tener tan claro el futuro de la ficción en Netflix, el creador ha explicado cómo surgió esta primera temporada recalcando que hablaron con varias televisiones pero las primeras preguntas que les hacían siempre eran: "¿Tiene que quemarse su casa necesariamente? ¿Tienen que ser necesariamente huérfanos?" Los responsables de las distintas cadenas tienen la idea de que la televisión tiene que ser alegre.
"Netflix me abordó, lo que fue un sentimiento genial porque no era como si yo estuviera preguntado por la ciudad si alguien recordaba a esos tres huérfanos. Ellos tienes unas normas y compromisos sobre intentar dejar que los creativos hagan su trabajo. Además, Piper Kerman, que escribió el libro Orange Is The New Black es amiga mía y me dijo que había tenido buenas experiencias con ellos", ha concluido el escritor.
Una serie de catastróficas desdichas cuenta la historia de Violet, Klaus y Sunny Baudelaire, tres niños que tras quedar huérfanos deben encontrar un nuevo lugar en el que vivir, algo que se complicará con la aparición del Conde Olaf. Este villano tan solo querrá la herencia de los niños, por lo que les complicará la vida con cada nuevo cuidador.