Puede que la séptima temporada de The Walking Dead no haya sido del gusto de todos y, aunque no nos metemos a comentar la trama, hay que reconocer que ha tenido un fallo obvio: algo está pasando con los efectos especiales. Ese falso ciervo provocó numerosas quejas en las redes sociales, pero no es el único fallo que ha tenido el equipo en la última entrega.
Está claro que el equipo de efectos especiales puede hacer animales realistas y la prueba está en Shiva, el tigre de Ezekiel. Lo más lógico es pensar que se trata de un problema de presupuesto, aunque es difícil llegar a una conclusión porque estos datos no se hacen públicos. Según Mic, sabemos que en la primera temporada el presupuesto por episodio era de 3.4 millones de dólares y que fue recortado a 3 millones de dólares, razón por la que Darabont abandonó la serie. Desde entonces, no hay cifras oficiales, pero se puede confirmar que no supera esos 3 millones.
El hecho de que Shiva no aparezca mucho tiempo en pantalla es una pista que indica que el equipo no tiene presupuesto para trabajar la post-producción como se merece. Además, tal y como indica NME, en la séptima temporada el equipo ha centrado sus esfuerzos en crear caminantes cada vez más impactantes y desagradables, sin olvidar el modo en el que mueren.
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