Al contrario de lo que se cree popularmente, en los rodajes de películas y series no hay mucho lugar para improvisar. Si todos los actores quisieran improvisar en sus escenas, la producción se alargaría y el coste aumentaría. Sin embargo, a veces hay excepciones y esas frases o gestos surgidos en el momento terminan en el montaje final porque son mejores que los planeados. Es el caso de Por trece razones y esa desgarradora escena en la que Clay por fin llora por Hannah.
En dicha secuencia del episodio 11, Clay está con Tony en el acantilado después de escuchar una nueva cinta y se siente completamente culpable de la muerte de Hannah. Es ahí donde rompe a llorar y piensa en tirarse al vacío. Según las palabras de Dylan Minnette, fue una reacción improvisada:
En la escena del acantilado donde estoy llorando, ni siquiera sabía que iba a llorar tanto en esa escena. Simplemente pasó en la primera toma. Fue gracias a la ayuda de Christian [Navarro] y cómo lo hacía conmigo. Se preocupa mucho y da mucha pasión. Abraza a Clay al final de la escena, pero eso no estaba escrito. Christian simplemente lo hizo, son esas pequeñas cosas que haría. Al final del episodio 9, donde me vuelvo loco, pateo mi bici, me siento y escucho la cinta 10, él viene y se sienta a mi lado, eso tampoco estaba escrito
Además de reconocer que ese momento salió sin haberlo planeado, Minnette ha escogido la escena de la serie que más le ha impactado y seguro que coincide con muchos seguidores: "La escena en la que Clay piensa en lo que podría haberle dicho a Hannah para salvarle la vida creo que es muy impactante y significó mucho para mí cuando la leí. No sé si alguna escena me ha golpeado tanto como esa. Sentarme ahí a leer, sabiendo lo que significa, nunca me he sentido tan conectado con un personaje o escena".
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