Sophie Turner lleva interpretando a Sansa Stark desde el primer episodio de Juego de tronos, un capítulo que se estrenó en HBO el 17 de abril de 2011. En aquel momento los espectadores descubrían a un joven mimada de Invernalia que tan solo pensaba en ir a la corte y casarse con el príncipe heredero, Joeffrey Baratheon. Desde entonces Sansa ha progresado mucho pasando por momentos increíblemente traumáticos hasta la ansiada venganza de Ramsay o el regreso a su hogar.
Turner tiene entre manos un personaje muy interesante, muy rico y lleno de matices que poco a poco ha sabido explotar hasta conseguir el cariño de un público que al principio la repudiaba. Con la séptima temporada recién comenzada conocemos a una nueva Sansa, alguien que ya en su hogar tan solo busca destruir a aquellos que les hicieron daño y mantener a su familia con vida en el norte.
Pero en estos siete años no solo ha cambiado la actitud de la joven ante el mundo y consigo misma, también su forma de comportarse y su forma de vestir y peinarse. Precisamente esto último podría ser una de las claves de la serie, y es que a medida que viajaba y conocía a nuevos personajes o se enfrentaba a nuevos enemigos, modificaba su vestuario como si estuviera mandando un mensaje a los fans, uno que en USA Today han recibido y han compartido con ella.
"Su vestuario y peinados reflejan sus influencias a lo largo de las temporadas e indican dónde reside su lealtad", ha señalado Turner, al tiempo que nos hace recordar su apariencia en esta temporada, en especial en un capítulo en el que habla con cierta admiración de Cersei Lannister al tiempo que luce un peinado propio de ella.
Antes de ese momento la joven ha pasado por una fase de niña dulce en la corte en la primera temporada, alguien inocente que creía en la palabra de los Lannister hasta que estos, con su prometido a la cabeza, decapitaron a su padre y colocaron su cabeza en una piqueta a la vista de todos, y en especial de ella.
Con la llegada de Margaery Tyrell a su vida, la joven Stark tuvo un nuevo modelo al que imitar, una nueva amiga en la corte que la ayudaba y la guiaba. Todo eso se terminó con su huida de Desembarco del Rey junto a Meñique. Tras la muerte de Joeffrey en su boda, todas las sospechas recayeron sobre sus hombros y los de Tyrion, por lo que todas sus opciones de supervivencia pasaban por escapar a Nido de Águilas.
En la cuarta y quinta temporadas su aspecto es mucho más maduro y oscuro al aprender el arte de la manipulación gracias a Meñique. El negro y las capas a un lado, junto con un pelo mucho más oscuro se hicieron un hueco en la serie hasta que Ramsay Bolton se cruzó en su camino. En esta nueva vida en un hogar en el ondea el estandarte de los Bolton, la joven mantiene su coraza con la mente siempre fija en la venganza.
Tras su reencuentro con Jon Nieve en el Muro la joven recuperó sus clásicos vestidos verdes, sus capas gruesas como las de su madre y su carácter Stark. Ya no es una niña y ha cambiado mucho desde que diera sus primeros pasos en Invernalia, pero ha recuperado parte de ese carácter jovial pero manteniendo la apariencia de persona indestructible.
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