Juego de Tronos no acostumbra a prescindir de escenas explícitas y a menudo acaba poniendo los pelos de punta a los espectadores. Las imágenes desagradables siempre ha sido una de las cracterísticas del universo creado George R.R. Martin y de las que ha hecho estremecer al espectador más de una vez. Bien es cierto que en esta última temporada esa agresividad y carácter sanguinario ha sido más bien escaso.
Pese a las calcinaciones de Drogon, el feroz ataque del oso caminante o las muertes de las Serpientes, ha habido dos momentos bastante más desagradables protagonizados por Sam. Primero la rutina de servir comida y retirar excrementos de la Ciudadela y después la cura de la Psoriagris a Jorah Mormont. Puede que esta última sea la imagen más desagradable de la temporada.
Según Ian Glen, Jorah Mormont en la ficción, el proceso de creación de la infección "les llevó de cinco a seis horas". La enfermedad de la Psoriagris es otro de los efectos más destacados de la serie, ya que presenta un cantidad de trabajo de creación y maquillaje que conlleva mucho tiempo. Así, el director Mark Mylod se ha presentado a "un gran desafío" con la operación. La infección se fabricó entonces a partir de una prótesis de la que, no solo había que hacer la parte superficial, también lo que escondía y el culpable de eso fue el diseñador Barry Gower:
Teníamos que idear una forma de eliminar esta parte superior de la piel con esta enfermedad y tener una capa debajo que sangrara y tuviera pus y varias cosas pegajosas
En el vídeo que encontrarás a continuación puedes explorar aún más cómo se hizo la cura de la infección de la Psoriagris: