Atención: Ésta noticia contiene SPOILERS de la segunda temporada de Stranger Things.
Todos estamos de acuerdo en que Stranger Things se ha vuelto en esta segunda temporada algo más seria y oscura. Sí, hay escenas duras -todos lo pasamos muy mal viendo como Will se retuerce-, pero podría haber sido mucho peor, según los creadores de la serie.
Si has visto la temporada completa, seguramente te diese algo de pena ver morir a Bob (Sean Astin) a manos (o fauces) de los llamados demo-dogs, versiones menos desarrolladas del Demogorgon. Aunque muere como un héroe, en principio no era eso lo que estaba planeado: el novio de Bryce iba a perder su vida durante uno de los ataques de Will.
Según ha contado el director y productor ejecutivo Shawn Levy en una entrevista a Collider, la escena tenía un enfoque mucho más oscuro. "Matar a uno de los protagonistas fue algo que nunca nos planteamos" aclara, "pero sí barajamos que alguno de los recurrentes desapareciese en un futuro. De hecho, la muerte de Bob se había establecido mucho antes".
¿Recuerdas la escena de la charla entre Will y Bob en el coche, cuando el adulto le explica cómo huir de "sus pesadillas"? Pues bien, ese era el momento original, según Levy. Sin embargo, la idea se descartó, ya que el cuerpo del chico todavía no estaba invadido hasta el punto de poder asesinar a alguien bajo orden. De hecho, ese lado de Will no se hace efectivo hasta el episodio 6, cuando manda a un puñado de científicos de Hawkins a criar malvas.