Stranger Things ha conseguido que retrocedamos en el tiempo con sus dos primeras temporadas. El regreso a los 80 ha sido uno de los puntos fuertes de la ficción de los hermanos Duffer, pensada explícitamente en la cultura pop de la década. Pero para sumergir a los espectadores en ello, es importante que se haga desde el título. Así pues, Stranger Things te invita a entrar en los 80 desde su cabecera.
Los créditos iniciales de la serie pasaron por diversas ideas antes de conformar el original, que puedes ver sobre estas líneas, títulos que son muy diferentes en cuanto a tipografía y color. Los hermanos Duffer fueron los encargados de elaborar la imagen junto a la empresa Imaginary Forces, y fue un trabajo de meses hasta llegar al título final. La idea principal de Matt y Ross era hacer "algo que pudiera ser verdaderamente confundido con la creación en los años 80".
Además, otras de los deseos era el efecto de la "tipografía cinética", que es la que hoy vemos implantada en el título original, centrado en utilizar las letras lentas como en clásicos como Terminator, pero también en otras como Pulp Fiction, ya de la década de los 90. Los creadores dudaron también en el color a utilizar y contemplaron dos variantes: el rojo y el azul. Finalmente, se decantaron por el rojo, pero Stranger Things también tiene ese otro toque azul en algunos momentos en el Mundo Del Revés.
Ahí es donde terminamos yendo... tratábamos de ir por un aspecto práctico y óptico
Pese a lo tedioso de la creación y las diferentes formas y tipos, los creadores y la empresa llegaron al acuerdo final que es lo que vemos hoy en pantalla: los tonos rojos, la tipografía cinética y la música ya memorable de la ficción. ¿Cómo hubiera sido Stranger Things sin la cabecera actual? Descúbrelo a continuación con los bocetos de las primeras ideas: