Hace casi un año, Claire Foy subió a recoger el Globo de Oro por su complejo papel en The Crown, serie por la que vuelve a estar nominada en la edición de 2018. Aunque el personaje como Isabel II parece hecho para, ella, tras el final de la segunda temporada ha llegado su momento de decir adiós. Lo hace para enfrentar un registro igualmente dramático pero opuesto: Dará vida a Lisbeth Salander en The Girl in the Spider's Web, secuela de la saga Millennium.
Como todos los seguidores de la serie recordarán, el papel de Foy ha tomado en esta temporada un tinte (todavía) más serio, con la representación de una mujer que lucha por mantener la credibilidad de la corona y, al mismo tiempo, intenta salvar la relación con su marido, Felipe (Matt Smith), cada vez más distante.
Con Foy se va el resto del casting principal, y la actriz ha comentado con EW como ha asumido esa despedida, que ha calificado como "surrealista".
Es muy difícil prepararse para un momento como ese. Al final, lo único que acabas sintiendo es confusión y muchas ganas de irte a casa y tumbarte un rato.
Al hablar del poder de su personaje, la actriz aclara que, en primer lugar, ese atributo al personaje de Isabel es "una concepción equivocada". "Ella no está en posición de expresar poder. Es una mujer, que es madre y esposa, y es vista como una lider, y lo lleva de forma ligera, como muchas mujeres. Llevamos el mundo sobre nuestros hombros, y ese es el verdadero poder, porque su historia es la de una mujer cualquiera".
En la tercera temporada de The Crown, Olivia Colman será la responsable de coger el relevo como Isabel, aunque no es algo que Foy haya comentado con ella. "No hemos hablado sobre el tema, pero creo que es la elección perfecta", ha explicado la actriz original.
¿Y ahora? Solo queda comprobar si su interpretación como Salander le brinda las mismas alegrías que su papel en el drama histórico de Netflix. De momento, para ella es "un reto" que va unido a "expectación y presión". "Ya he aprendido a no infravalorarme, y no sé si este nuevo papel es consecuencia de ello. Solo tengo una cosa clara: la presión está fuera, no dentro de mí", ha asegurado.