La octava temporada de Juego de Tronos no verá la luz hasta 2019 en HBO, pero su rodaje ya está en marcha y, a pesar del misterio que la rodea, poco a poco podemos conocer algunos pequeños detalles sobre la recta final, como nuevas incorporaciones o que veremos a los protagonistas en escenarios diferentes en los que nunca antes habían estado.
Sin embargo, el equipo de la serie de más éxito de la pequeña pantalla está decidido a no permitir que pueda pasar algo parecido a lo ocurrido con la séptima entrega, que fue víctima de varias filtraciones. En declaraciones a The Telegraph, Emilia Clarke (Daenerys Targaryen) ha hablado sobre las nuevas medidas de seguridad adoptadas para asegurarse de que el final esté blindado: "Tenemos unas prohibiciones muy estrictas en las redes sociales, porque la gente necesita parar de hacer 'spoilers'. Es muy frustrante".
Además, Clarke ha confirmado lo que el presidente de programación Casey Bloys anunciaba el pasado mes de septiembre: Se rodarán varios finales como métoido de autodefensa ante las posibles filtraciones.
[Los 'showrunners' David Benioff y Dan Weiss] han escrito varios finales diferentes
Según la actriz, ni siquiera el reparto sabe cuál de los finales es el real.
No obstante, las declaraciones de Clarke también pueden formar parte de una estrategia del equipo precisamente para evitar filtraciones. Como el propio Nikolaj Coster-Waldau apuntaba tras las declaraciones de Bloys, el rodaje de cada episodio es tan caro que parece poco probable que se invierta una cantidad tan importante de dinero para rodar algo falso. Asimismo, los finales alternativos que se comentan podrían tratarse únicamente de una escena sencilla pero muy significativa, y no del rodaje del episodio entero, lo que tendría mucho más sentido.