La Peste, es la nueva serie original de Movistar+ con la que la plataforma ha decidido estrenar 2018 y lo cierto es que tiene muchas papeletas para convertirse en uno de los títulos televisivos por excelencia del nuevo año.
Para empezar, la serie llega de las manos de un brillante equipo creativo que difícilmente podría decepcionar: Alberto Rodríguez y Rafael Cobos, quienes han trabajado juntos como director y guionista respectivamente en varias afamadas películas, como La isla mínima -triunfadora por excelencia en la edición de los Goya del año 2015-, El hombre de las mil caras, Grupo 7 o 7 vígenes. Mientras Cobos debuta con La Peste en la pequeña pantalla, Rodríguez ya había dirigido con anterioridad algunos episodios de Hispania, la leyenda en el año 2010.
Movistar+
Y en su nuevo proyecto conjunto, La Peste, este fabuloso tándem ha decidido que quería apostar fuerte por la televisión de calidad. En ella, Rodríguez y Cobos se han aventurado en la producción de un thriller de época cargado de intrigas políticas y con una serie de violentos asesinatos como hilo conductor.
"El punto de partida de este proyecto y de esta historia fue una idea que nos surgió prácticamente en cuanto nos propusieron hacer una serie", explicaba Alberto Rodríguez a SensaCine sobre los orígenes de la serie de Movistar+. "Era algo que pensábamos muchas veces mientras caminábamos por Sevilla, porque nosotros vivimos allí. '¿Cómo sería esta ciudad en el siglo XVI? ¿Cómo sería la gente? ¿Cómo serían las calles?'. Y eso, mezclado con una trama de 'thriller' fue la primera propuesta que le hicimos a Movistar+".
Y el resultado es que ambos se muestran encantados con su trabajo para la pequeña pantalla. Rafael Cobos pone de manisfiesto que, al no haber escrito guiones para televisión con anterioridad, el guion de La Peste está concebido como si fuera el de una película larga:
En estructura -una estructura aristotélica, convencional, de tres actos: un capítulo para el primer acto, cuatro para el segundo y uno para el tercero-; en el desarrollo de personajes -con marcados arcos de transformación en todos los protagónicos-; y en el diseño del pensamiento oculto con un tercer acto como lugar de cristalización de lo que queríamos contar con la serie.
