Lejos de ser un thriller puro se encuentra Félix, la nueva serie original de Movistar+ que se estrena al completo el próximo 6 de abril. La nueva serie de la plataforma se encuentra entre lo que definen como “un thriller que no es negro” y una comedia. Sensacine ha podido disfrutar de los seis episodios de los que se compone la ficción y hemos descubierto que lo nuevo de Cesc Gay va mejorando de cara al final. La ficción se presenta como El Quijote moderno y son muchas las características comunes las que se ven entre la serie y la novela de Cervantes.
Félix (Leonardo Sbaraglia) es un hombre que se enamora perdidamente de Julia (Mi Hoa Lee), una asiática que reside en Andorra, donde tiene lugar la historia. Pero la mujer desaparece por completo de su vida. El protagonista con una obsesión casi abusiva comienza a investigar por qué la mujer no contesta a sus llamadas y no hay rastro de ella en la ciudad.
Se hace difícil ver el ahínco con el que Félix busca a la mujer, sobre todo en el primer episodio. Y es fácil unirse a los pensamientos de los demás personajes, porque todo parece ser una confusión. Desde un primer momento se nota la influencia quijotesca, ya que el protagonista es tomado por un loco y exagerado ante la desaparición de Julia. Pero la verdad, es que algo raro pasa en Andorra y Félix sabe que con la ayuda de la Policía o sin ella, él tiene que descubrir si está bien.
Comienza así una nueva aventura donde reside la comedia, y más si a él se une un compañero graciosete llamado Óscar, o véase Sancho. Las ocurrencias de estos dos serán el punto divertido de la ficción, en la que ya desde un principio se empiezan a meter en algún que otro lío. Pero da la sensación de que eso se queda mermado en ocasiones con la utilización de un humor rancio. El personaje interpretado por Pere Arquillué es estereotipado, pero más allá de hombre, sexo, drogas y rock and roll, hay un amigo para Félix. Además, el inicio de la ficción no deja muy bien parada a la mujer, ya que en un principio solo se ve ligada al hombre, al sexo, al burdel y las drogas. Menos mal, que finalmente, hay papeles femeninos que entran un poco más en escena y con cargos importantes.
Aún así, la ficción es un camino evolutivo de momentos divertidos y un misterio que realmente engancha, porque no solo Félix busca a Julia, sino que entran en escena detectives y matones y casi toda la comunidad china de la ciudad. Además, Félix es un personaje que poco a poco sabe cómo entrar dentro de ti y sentir todo aquello que en ese momento siente. La interpretación de Leonardo Sbaraglia es muy buena y es la inocencia y la personalidad de su personaje lo que da color, sin duda, a la historia. También lo hace el paisaje nevado de Andorra, por el que se disfruta mucho de la fotografía y también de la frontera francesa, en la que el francés se cuela en la ficción como recurso dentro del arco argumental.
La serie logra encauzarse a lo largo de los episodios mediante pequeños giros, pero sobre todo por el retrato reflexivo del personaje principal. Todo comienza como una locura quijotesca que poco a poco se transforma en algo más coherente y serio sin perder ese halo cómico y sutil. A veces, podemos ver molinos como gigantes, pero lo importante es escucharse a sí mismo y luchar por lo que crees, y Félix tiene mucho de eso.
Lo mejor: la interpretación de Leonardo Sbaraglia
Lo peor: no explorar un poco más a Julia y ver algunos detalles esteriotipados y rancios