A lo largo de 14 temporadas, los fans de Anatomía de Grey han visto pasar por el Grey Sloan Memorial Hospital centenares de casos médicos. Como siempre ocurre en este tipo de ficciones, el equipo de la serie también cuenta entre sus filas con expertos en medicina que realizan la función de asesores para que tanto los casos que aparecen en ella como los tratamientos que se llevan a cabo o incluso el proceso de curación se acerquen lo más posible a la realidad.
De hecho, tras la publicación reciente de un estudio que sostiene que las ficciones médicas pueden crear faltas expectativas en los pacientes en lo que se refiere a los tiempos de recuperación principalmente, el Dr. Roshan Sethi -consultor médico en varias series- explicaba que, aunque la realidad se modifica a menudo por cuestiones de tiempo, los guionistas son muy conscientes del impacto sobre la audiencia y que una de las funciones de los asesores es precisamente marcar límites en las imprecisiones que pueden dañar al espectador.
A lo largo de sus más de 200 episodios, Anatomía de Grey ha mostrado todo tipo de casos, en algunas ocasiones tan extraños que parece difícil creer que pueda haber ocurrido en la vida real. Las publicaciones Womens' Health y The Talko han recopilado algunos de los casos más insólitos de la serie que o bien están basados en una historia real, o sencillamente -aunque raros- son posibles médicamente.
1. Dos pacientes empalados en una barra metálica
En la segunda temporada -'Into You Like a Train' (2x06)-, los doctores del Grey Sloan Memorial Hospital se encuentran ante un complicado caso. El de dos pacientes que, en un accidente de tren, han quedado empalados juntos por una barra metálica. Aunque el hombre dice a los doctores que salven a la mujer, que es más joven y acaba de prometerse, finalmente es ella la que acaba muriendo, mientras que él sobrevive. Según la doctora Darria Gillespie, M.D., profesor asistente, en el Departamento de medicina de urgencia de la Universidad de Emory, se trata de una situación que, teóricamente, puede ocurrir, pero el hecho de que la polea fuese tan grande lo hace muy improbable: "Las posibilidades de no tocar vasos sanguíneos vitales es bastante baja. Tendría que golpear el sitio exacto y la posibilidad sería muy pequeña".
2. Un tumor de 32 kilos
En uno de los primeros episodios de Anatomía de Grey, concretamente en 'If Tomorrow Never Comes' (1x06), una mujer con gran sobrepeso llega al hospital con un tumor de más de 30 kilos. El personaje, que había dejado que el tumor creciese porque tenía miedo de ir al hospital, acababa muriendo tras una larga intervención quirúrgica. Según Gillespie, "un tumor puede crecer durante un largo tiempo sin que nadie lo note, simplemente pueden senrtirse hinchados. Y si es alguien obeso, entonces sí, es posible". De hecho, como recuerdan en The Talko, en 2013 se dió a conocer el caso real de un hombre de Oregon que pesaba 250 kilos y tenía un tumor de 30 en su abdomen.