El cineasta Charlie Kessler ha comenzado los trámites para demandar a los creadores de Stranger Things por un presunto robo de propiedad intelectual. Así, ha asegurado que la idea original de la ficción procede, en realidad, de un corto que él mismo realizó y que trata sobre unos experimentos llevados a cabo por el gobierno. Montauk, que así se llama esta pieza de ciencia ficción, vio su estreno en 2012, e incluso fue galardonado en el Festival Internacional de Cine de Hamptons.
Sin embargo, este corto fue solo el germen de la idea pues, en realidad, la polémica va más allá. Kessler asegura en su demanda que quiso desarrollar aún más su historia llevándola al terreno televisivo bajo el título The Montauk Project y que, para ello, buscó la ayuda de los hermanos Duffer, a quien lanzaría la propuesta en el año 2014 durante una fiesta en el Festival de Cine de Tribeca aportando más tarde documentación detallando el proyecto. No sería hasta 2015 cuando Matt y Ross Duffer presentaran Stranger Things a Netflix, incialmente bajo el nombre de Montauk.
Según explica Entertainment Weekly, las similitudes entre el proyecto de Kessler y el resultado de la ficción de Netflix incluyen la desaparición de un menor y un policía con un profundo pasado obsesionado con la idea de encontrarlo. También habría, al igual que en el corto inicial, una trama sobre la conspiración de una base militar y que lleva a cabo experimentos secretos con niños éticamente cuestionables. Pero sin duda, la guinda del pastel se la lleva la existencia de un monstruo creado por un portal que lleva a otra dimensión.
Por todo lo anteriormente aportado, Kessler exige un juicio con jurado además de una compensación monetaria por los daños causados. No obstante, hay un importante detalle a favor de los Duffer: que la historia del corto de Kessler está basada en una teoría de la conspiración real, que data de 1970, según la cual el gobierno de EE.UU. llevó a la práctica una serie de experimentos secretos en Montauk. La misma en la que se inspiraron los Duffer para el desarrollo de Stranger Things.
Los implicados aún no se han pronunciado sobre las acusaciones.