Laurie Holden interpretó a Andrea en The Walking Dead durante tres temporadas y, aunque todo el mundo la recuerda por ser uno de los personajes más odiados de la producción de AMC, ella misma reconoce que no ha visto ni un solo episodio de la ficción. Sin embargo, las razones de Holden son de peso, según se lo ha contado a Express.
Al igual que muchos actores, Holden no soporta ver su trabajo, ya sea esta serie o cualquier otro proyecto: "No lo veo, pero tampoco lo hacía cuando aparecía en ella, así que no es que sea poco respetuoso. No me gusta verme en películas y he llegado a querer tanto a mis compañeros que tampoco quiero verles en pantalla. No quiero ver cómo son torturados. Es muy difícil para mi espíritu. No puedo hacerlo".
Lo cierto es que ver cómo tus antiguos compañeros se enfrentan a peleas contra zombis, situaciones al borde de la muerte y la furia de los Salvadores no debe ser nada fácil.
Por extraño que parezca, Holden no es la única que sufre este problema, el cual, de hecho, es bastante habitual entre los actores de Hollywood. Johnny Depp, Angelina Jolie o Robert Pattinson tampoco disfrutan de las películas y series en las que aparecen. "De alguna manera, una vez que mi trabajo en una película está hecho, realmente no estoy obligado. Me mantengo lo más alejado posible... No me gusta verme a mí mismo", cuenta el protagonista de Piratas del Caribe.