La octava temporada de Juego de tronos está en pleno rodaje. Esta nueva entrega, la última, es una de las más esperadas de la televisión y es que pondrá punto y final a una de las historias más exitosas de la historia.
Pese al enorme secretismo que rodea a estos nuevos episodios, esta semana Watchers on the Wall ha desvelado que HBO acaba de terminar el rodaje de la escena de batalla más grande de la historia, y es que el equipo comandado por David Benioff y D.B. Weiss ha rodado durante 55 días conscutivos en Moneyflass en Toome, el Irlanda del Norte, y en Magheramorne, dónde se encuentra el set de chroma.
El artículo del citado medio, dedicado a la ficción basada en las novelas de George R.R. Martin, incluye una carta que el asistente Jonathan Quinlan habría compartido en su cuenta de Instagram como agradecimiento a todo el equipo técnico y al elenco:
"Esto es para los Dragones de la noche.
Por sobrevivir a 55 noches consecutivas. Por sobrevivir al frío, la nieve, la lluvia, la suciedad, las cacas de ovejas de Toome y los vientos de Magheramorne.
Cuando 10 millones de personas alrededor del mundo observen este episodio dentro de un año, ellos no sabrán lo duro que habéis trabajado. No les importará lo cansados que estéis o lo duro que ha sido vuestro trabajo con temperaturas muy bajas.
Ellos solo entenderán que están viendo algo que no se había hecho nunca antes.
Y eso es gracias a vosotros".
Gracias a esta explicación podemos suponer que se trata del esperado enfrentamiento entre los ejércitos de Poniente y el Rey de la Noche y es que se ha rodado principalmente de noche, y será el clímax a una guerra que llevamos esperando desde la primera temporada; desde la primera vez que escuchamos las palabras, "El invierno se acerca".