¡OJO! A continuación se revelan detalles fundamentales de 'Wrath' (8x16), así que, si no quieres saber nada, es mejor que no sigas leyendo.
El episodio de The Walking Dead que puso el broche de oro a la octava temporada anoche en AMC -y que fue emitido de forma simultánea por Fox España- "sorprendía" a los espectadores con un desenlace a la guerra entre comunidades que se mantenía fiel a los cómics de Robert Kirkman, pero que introducía en la historia un elemento que hasta ahora no habíamos visto en la serie: el comienzo de un conflicto interno entre los personajes principales.
La decisión de Rick de dejar a Negan con vida no sólo ha provocado el enfado de muchos seguidores, sino, como vimos en el episodio, también el de Maggie (Lauren Cohan), que rogaba a su compañero entre lágrimas que no le salvase la vida al villano y le recordaba que había matado a Glenn (Steven Yeun).
Una vez en Hilltop, Maggie revelaba no estar conforme con las medidas de Rick y confesaba a Jesus (Tom Payne) que, aunque estaba de acuerdo con no haber acabado con la vida de los Salvadores que tenían como rehenes, Rick no había tomado la decisión correcta manteniendo con vida a su líder.
Rick estaba equivocado al hacer lo que hizo. Michonne también. Así que vamos a esperar nuestro momento y entonces se lo vamos a demostrar
Para la sorpresa de los seguidores, Daryl (Norman Reedus) entre en la sala y se muestra de acuerdo con ella: "Sí, lo haremos". Como recordarás, el carismático personaje ya se había mostrado en desacuerdo con los planes de Rick a lo largo de la octava temporada.
Parece que el conflicto interno entre los protagonistas de la serie está garantizado para la novena temporada que se estrenará en AMC el próximo mes de octubre. Mientras, muchos seguidores de la serie ya se muestran inquietos en las redes sociales ante la posibilidad de que Maggie y Daryl sean los nuevos "villanos".