Adaptación de la novela homónima de Margaret Atwood, The Handmaid's Tale (El cuento de la criada) lograba cautivar al público por completo en 2017 y convertirse además en la serie estrella del año, haciéndose con dos de los más importantes galardones del panorama televisivo: el Emmy y Globo de Oro a Mejor serie dramática. Era la primera vez que una ficción de una plataforma digital se hacía con este premio, pero a nadie le extrañó, puesto que era innegable que tanto el público como la crítica especializada se habían rendido a los pies del título original de Hulu y de su protagonista, la ex de Mad Men Elisabeth Moss. Su trabajo como June/Defred, una de las víctimas del Estado de Gilead en torno a la que gira la historia creada por la autora canadiense, era sencillamente impecable.
Así las cosas, grandes expectativas ante la segunda temporada que Hulu encargó apenas unas semanas después del debut de la serie estaban garantizadas. Vistos los dos primeros episodios de la nueva entrega, podemos decir que, cuando menos, logra estar a la altura de aquella primera temporada que enamoró a millones de espectadores a lo largo de todo el mundo. Y no tardas en darte cuenta de ello, puesto que, ya desde la primera escena -unos brutales primeros minutos que transcurren en un antiguo estadio de fútbol-, vuelves a tener los pelos de punta y ese característico nudo en el estómago que te removía por dentro un año atrás.
La segunda temporada de The Handmaid's Tale sigue teniendo muchos de los ingredientes que hicieron de la primera entrega una obra maestra: la carga dramática ante una situación que se antoja lejana pero con la que preocupantemente podemos empatizar, la profundidad de sus personajes y brillantes interpretaciones, su siembre impecable factura y los sobrecogedores 'flashbacks' que nos ayudan a "comprender" cómo fue instaurado el Estado de Gilead y que te transmiten su desesperación a la perfección. Sin embargo, la sensación final -al menos tras haber visto los dos primeros episodios- es que la nueva entrega es diferente, es sin duda más oscura y tiene más acción. Cosa que tampoco nos extraña, por otro lado, puesto que aborda territorio no explorado por la novela de Atwood.
Sin querer revelar demasiado sobre la trama, podemos decir que, mientras la primera entrega nos presentaba el Estado de Gilead y su enfermizo funcionamiento y objetivos, la segunda temporada está más centrada en seguir los pasos de la aventura de June (Moss) ahora que está embarazada, un hecho que marcará por completo sus pasos. Además, ya en el segundo episodio nos trasladamos hasta las Colonias, el tóxico lugar al que se envía a las criadas que han roto con las normas y que, en definitiva, supone una sentencia a muerte. La trama que allí transcurre gira en torno al personaje de Alexis Bledel, Emily, cuyo pasado se explora también en mayor profundidad y que protagoniza una pequeña historia junto al personaje de Marisa Tomei que te garantizamos te llegará hondo.
Lo mejor: La escena del estadio de fútbol en los primeros minutos del primer episodio.
Lo peor: Se pierde un poco la esencia de la primera temporada, pero es necesario que la historia siga su camino, profundice en otros aspectos y explore otros escenarios.
¿La seguiré viendo? Sin duda.
