Este domingo 15 de abril terminaba la octava temporada de The Walking Dead con el decimosexto episodio de la serie. Un capítulo titulado 'Wrath' en el que Negan (Jeffrey Dean Morgan) y Rick (Andrew Lincoln) se reencontraban cara a cara para poner fin a una guerra que ha ocupado el arco argumental de esta última temporada.
Los datos de audiencia de estos nuevos episodios han ido cayendo conforme avanzaba la trama, pero desde AMC esperaban que en el final de la misma estos números remontasen. Lo han hecho, pero no tanto como se esperaba.
La octava temporada se estrenó con 11,44 millones de espectadores y un 5,0 en demográficos, pero el segundo episodio no pudo retener a muchos y obtuvo un 8,92 millones y un 4,0 en demográficos. Desde ese momento el dato fue decreciendo hasta el noveno capítulo -el primero de la segunda mitad de la temporada- en el que consiguió atraer a 8,3 millones de espectadores y un 3,6 en demográficos.
Los datos volvieron a bajar, esta vez por debajo de la barrera de los 7 millones y el 3 en demográficos, hasta el final de la temporada que sedujo a 7,9 millones (un 3,4 en demográficos). Este dato, aunque parezca bueno en realidad sitúa a este final de temporada como el peor solo por detrás del de la primera entrega, que fue visto por 5,97 millones.
The Walking Dead pierde seguidores paso a paso, algunos de los cuales se pasan a su 'spin-off', Fear The Walking Dead, cuya cuarta temporada se estrenó justo después del 8x16 obteniendo 4,1 millones de espectadores -el segundo mejor inicio de temporada de la serie-. Algunas tramas agotan a aquellos fans fieles, mientras que otras enfadan a los lectores de los cómics que ven como las aventuras de Rick y compañía se alejan de la idea de Robert Kirkman.
Por lo pronto parece confirmado que habrá novena temporada en otoño, pero ¿cuántas más durará en emisión?