Buffy Cazavampiros fue el gran salto a la televisión de Joss Whedon. El cineasta pasó de guionista a 'showrunner' gracias a esta idea protagonizada por Sarah Michelle Gellar como Buffy Summers, la elegida para matar a los demonios y vampiros de Sunnydale -y del resto del mundo si se tercia-. Whedon ruvo que abandonar parcialmente la serie en sus dos últimas temporadas ante el trabajo que suponían para él el 'spin-off', Angel, y la primera y única aventura de Firefly.
Marti Noxon, productora de la serie, ocupó el hueco dejado por el estadounidense y fue la encargada de tomar una de las decisiones más duras: matar a Tara (Amber Benson). El fallecimiento de este personaje al final de la sexta temporada afectó mucho al personaje de Willow (Alyson Hannigan), provocando que se transformase en alguien bastante oscuro y que estuviera a punto de destruir el mundo por completo.
Hay partes de la sexta temporada en las que siento que fuimos muy lejos. Presionamos algunas cosas hasta el punto de sentir que estábamos siendo sádicos y que Buffy estaba siendo voluntaria para cosas que sobrepasaban lo que podemos llamar 'malas elecciones', estábamos siendo irresponsables con el personaje. Creo que una mala decisión fue matar a Tara, en retrospectiva. De todos ellos, ¿tenía que morir ella?
La productora está trabajando ahora en las adaptaciones de las historias de Dietland y Sharp Objetcs, pero no olvida una de las primeras ficciones de las que formó parte y menos aún de los "errores" cometidos en ella. Esa sexta temporada fue una de las más peculiares porque no contaba con un villano demoníaco, si con tres habitantes de Sunnydale que "jugaban con fuego" sin controlar realmente su poder, lo que provoca que aparezca Dark Willow, alguien con un poder inimaginable y un dolor y rabia aún mayores.
'Buffy Cazavampiros': 20 curiosidades que desconocías sobre la serie