Podría decirse que el éxito de Millie Bobby Brown tiene mucho que ver con la motivación de los padres de la actriz. Por supuesto, sin el talento de la protagonista de Stranger Things, no habrían conseguido nada, pero, gracias a las decisiones que tomaron los Brown, la joven tiene más oportunidades de avanzar en su carrera.
La familia vivía en Marbella cuando Millie nació y permanecieron allí hasta que cumplió 4 años. Después se trasladaron a Bournemouth, Reino Unido, y, transcurridos otros cuatro años, a Orlando, Florida. Ahí fue donde, con 8 años, comenzó a tomar clases de interpretación y la fichó un agente, que recomendó a los Brown que se trasladasen a Los Angeles. El medio PopBuzz cuenta que Robert y Kelly tuvieron que vender todo lo que tenían para mudarse a Hollywood y ayudar a su hija a ser actriz.
Afortunadamente, les fue bien y Millie demostró desde el principio que estaba hecha para el mundo de la actuación. "Llegó al set como si hubiese nacido para ello. Era la niña con más seguridad que había visto nunca. Recuerdo girarme hacia sus padres y decirles: 'Más os vale estar preparados'. Era obvio, incluso entonces... Tuve que decirles que tenían un unicornio", explica Zack Strin, 'showrunner' de Once Upon a Time in Wonderland, serie donde tuvo su primer papel.
Ahora, su mayor problema es hacer que la actriz lleve una infancia y adolescencia normal: "Es importante que Millie no se sienta bajo presión. Es una niña. Tiene que hacer sus deberes y tareas. Todo lo demás es un bonus". Ella misma lo reconoce: "Mi madre intenta que haga cosas de mi edad. Puedo jugar con maquillaje pero no volverme loca. También dice cosas como 'No puedes llevar esa camiseta corta".