La precuela de Juego de tronos es una de las series más esperadas de los próximos años, especialmente para los fans de Poniente y de las historias de George R.R. Martin. El autor ha sabido crear una saga literaria llena de acción y fantasía, algo que David Benioff y D.B. Weiss han sabido trasladar a la gran pantalla. Con la precuela sobre la mesa, HBO tiene el reto de mantener las altas expectativas de unos fans que no se conforman con cualquier cosa.
El pasado mes de julio varios medios escoceses y otros especializados en Juego de tronos, dejaban claro que los responsables de la nueva serie estaban visitando distintas localizaciones en Escocia, para situar su acción. En concreto, la Isla de Skye, parte como la gran favorita dado que en ella ya se han rodado otros proyectos como Prometheus (2012), Macbeth (2015), Transformers: El último caballero (2017) o El Rey Arturo: La leyenda de Excalibur (2017).
¿Qué esconde esta isla para que tantas producciones acudan a ella? Además de la facilidad y la comodidad implícitas en su ubicación, en la parte de noroeste de Escocia, Skye está bien comunicada con el resto del país por medio de un puente y distintos ferrys. Pese a su gran extensión, de más de 1.600 kilómetros cuadrados, su población no supera los 10.000 habitantes, y es que todo está centralizado en la capital, Portree, mientras que el resto de la isla está nada o poco habitada.
Esta falta de población, junto con un clima no demasiado favorable, hacen de este uno de los mejores paisajes naturales de Reino Unido, siendo uno de los favoritos por los senderistas y turistas que pasan gran parte del verano recorriendo este paraje natural:
Desde HBO no han confirmado ni desmentido demasiados detalles sobre la nueva producción, más allá de dejar claro que esta precuela está situada hace 8.000 años, por lo que la situación de los personajes es muy distinta, con mujeres protagonistas fuertes.