La adaptación televisiva de una de las novelas más famosas de Neil Gaiman, American Gods, fue uno de los estrenos más esperados de 2017 y no tardó en ser renovada por una segunda temporada que vería la luz en 2019. Sin embargo, aunque el rodaje de los nuevos episodios comenzó la pasada primavera -concretamente en el mes de abril-, parece que la situación tras las cámaras no es precisamente idílica. ¿Qué está pasando entre los bastidores de American Gods?
Para empezar, la segunda temporada de la serie protagonizada por Ricky Whittle comenzó a trabajar en su segunda temporada con algunos cambios sustanciales, principalmente por la marcha de sus creadores Bryan Fuller y Michael Green. Pese a todo el trabajo realizado para la adaptación televisiva de una novela tan compleja, Fuller y Green decidieron dejar su trabajo en la serie por "diferencias creativas" con Starz y Freemantle, la cadena y el estudio.
Al parecer, estas diferencias creativas se debieron a una cuestión de presupuesto, puesto que los creadores querían aumentar el presupuesto de 30 millones de dólares con que habían contado en la primera entrega en la segunda temporada de la serie.
Así, las cosas, Jesse Alexander tomó el relevo de los 'showrunners' originales, pero no ha durado demasiado, ya que, según publica The Hollywood Reporter de acuerdo a diversas fuentes, el guionista ha sido apartado de la serie. Fuentes cercanas a la producción ha asegurado que Alexander recibió la noticia hace aproximadamente un mes, aunque en ningún momento se utilizó la palabra "despido". No obstante, aunque Alexander sigue siendo productor ejecutivo, ya no forma parte del equipo de guionistas ni participará en las tareas de postproducción. Algunos describen su situación como "despedido pero no despedido", mientras que los motivos no se han llegado a conocer con precisión.
Las fuentes que informan a THR han apuntado que el estudio ha rechazado varios de los guiones del final de la segunda temporada propuestos por Alexander y se dispone a trabajar en el séptimo borrador. Así las cosas, el equipo no puede rodar el final y trabaja en volver a grabar algunas escenas mientras los costes siguen aumentando debido a las complicaciones.
La situación parece complicada, pero, por su parte, Freemantle promete en brindar a los fans una segunda temporada que "supere todas las expectativas".