El final de Friends marcó profundamente a todos sus seguidores y es que fue el adiós a una de las mejores comedias de su tiempo. A una serie que supo plasmar la realidad de la época que le tocó vivir, con sus clichés, sus fallos y sus aciertos, una comedia que ha abierto la puerta a otras muchas historias. Tras su éxito y su final, los productores decidieron hacer una secuela-'spin-off' protagonizada por Joey Tribianni, y fue un absoluto fracaso.
La comedia protagonizada por Matt LeBlanc, Joey, no consiguió mantener a los fieles seguidores de la serie original. Sus tramas, muy alejadas de Nueva York, no enganchaban, y ahora el productor Kevin S. Bright ha explicado los motivos de ello:
No tenía el mismo tono. No permitía que Matt tuviera esa vida despreocupada, intentaba hacer que Joey madurase, y ese fue un gran error. Joeny, en mi mente, debería ser un niño de por vida, hasta que encontrase a la mujer correcta que aceptase hacerse cargo de ese niño. Creo que la transformación de Joey en un niño que no sabe cómo ir a citas, que no tiene amigos, creo que alejó a la audiencia
Bright ha hablado así de contundente para Digital Spy, al tiempo que señalaba que la serie también nació con la presión de su predecesora bajo el brazo, un nivel muy complicado de igualar.