The Walking Dead lleva varias temporadas en las que no puede presumir de pasar por su primer momento. Tras la introducción de Negan (Jeffrey Dean Morgan) en el final de la sexta temporada y la premiere de la séptima, el interés por parte de los fans ha ido descendiendo paulatinamente hasta registrar los peores datos de audiencia de su trayectoria.
Cuando el pasado verano se confirmaba que Andrew Lincoln dejaría de ser Rick Grimes en la novena temporada, la noticia fue recibida con gran alarma por gran parte de sus todavía fans, que no podían concebir cómo la ficción zombi podría recuperarse de la caída si no contaba con el carismático
líder del reparto entre sus filas. Otros, sin embargo, vieron en la salida del ex sheriff la oportunidad ideal para que la serie consiguiese reinventarse. De este segundo grupo forma parte el equipo al completo de la serie, como no podía ser de otra manera. Al fin y al cabo, la ausencia de Rick encaja en su idea de "construir un nuevo mundo" y de hacer de la novena temporada un 'reboot' de la ya longeva ficción.
No podemos prever si los dos episodios que le quedan por delante a Andrew Lincoln atraerán incluso a aquellos que han dejado de ver la serie, pero los tres capítulos de la novena temporada emitidos hasta le fecha no sólo no han remontado los resultados de la octava entrega, sino que siguen cayendo semana tras semana.
Según los datos que maneja y publica Deadline, la audiencia global creció un 2%, hasta 5 millones de espectadores, con el episodio de el pasado domingo 'Warning Signs' (9x03). Sin embargo, los resultados en demográficos -espectadores en edades comprendidas entre 18 y 49 años- han bajado hasta un 1.94 tanto en la emisión en directo como los visionados bajo demando en el mismo día. La caída supone un descenso del 3% respecto al segundo episodio y de un 50% respecto al tercer episodio de la octava entrega, emitido en noviembre de 2017.
¿Logrará remontar en los dos episodios que le quedan a Rick?