Sophie Skelton ha saltado a la fama al convertirse en Brianna en Outlander, donde ha demostrado sus dotes de actriz con momentos tan difíciles como su violación o el parto -el cual fue interpretado de manera absolutamente real-. Lo cierto es que, detrás de las cámaras, tiene tanto que aportar como en el entorno televisivo. La intérprete tiene un pasado como bailarina, sus padres son inventores de juego de mesa -¿imaginas lo que fue crecer en esa casa?- y siempre ha tenido claro que quería tomar un camino alternativo. Conoce a la verdadera Skelton.
El castigo de sus padres: probar sus juegos
Crecer teniendo que jugar por petición de tus padres puede ser el sueño de muchos, aunque ella nunca lo vio como algo especial: "...era genial. Nunca pensé que era un trabajo especial hasta que crecí y me di cuenta de que era extraño". Sus padres necesitaban constantemente que ella o sus hermanos probasen el nuevo juego que estaban creando, por lo que se convirtieron en sus cobayas. "Volvía de ballet y me ponía a hacer mis tareas cuando me decían: 'Oh, ¿puedes venir a la oficina y mirar este juego?'. Yo les decía que tenía deberes que hacer y ellos me decían: 'Sí, ¡pero no va a durar mucho!. *Corte a dos horas después*", cuenta la actriz en una entrevista con Wylde.
Los Skelton no solo tenían que probar las invenciones de sus padres, a veces también tenían que prestar su rostro para aparecer en ellos: "Uno de los recuerdos de mi infancia es cuando necesitaban niños para la portada de un juego que acababan de diseñar y me preguntaron si conocía a alguien en el colegio que pudiese ir a casa. Iban a contrarreloj y no tenían tiempo para hacer un casting, así que llevé a algunos de mis amigos. Al día siguiente, ellos estaban hablando de lo guay que había sido ganar algo de dinero y recuerdo pensar: 'Ehm, ¿qué dinero?'. ¡Sigo esperando ese cheque, mamá y papá!".
Crecer entre puntas y adagios
No sabemos si estos trabajos de modelo le despertaron el interés por la actuación, pero desde muy pequeña quería desarrollar su carrera en ese ámbito y siempre tuvo estímulos creativos, por ejemplo, pasó su infancia y adolescencia como bailarina de ballet. Como revela en una entrevista con Schön!, comenzó a practicarlo con 2 o 3 años. Bailaba diferentes géneros, como tap, jazz y moderno, y siguió con esta actividad hasta que cumplió los 18. Ahora, lejos de renegar de ello, intenta mantener el entrenamiento y asegura que siempre viaja con sus puntas. Eso sí, nunca lo vio como una salida profesional:
Me encanta estar sobre el escenario, pero quería la discreción de la actuación cinematográfica porque en el escenario, todo es más grande. Me gusta que no puedes mentir a la cámara, lo que estás pensando es lo que la gente ve
La ruta alternativa
Al mismo tiempo que se entrenaba como bailarina, Skelton hacía pequeños papeles en obras de teatro. Y es que, tenía muy claro que quería ser actriz. Esto conlleva no elegir el camino tradicional que supone ir a la universidad, hacer prácticas profesionales, asentarse, etc., por lo que tuvo que enfrentarse a la opinión de sus padres: "Lo había hecho bien en el colegio, supongo, así que [mis padres] se decepcionaron un poco cuando no tomé una ruta académica y una carrera establecida y trataron de disuadirme un poco. Llegamos a un acuerdo: si sacaba todo sobresalientes y una plaza en la universidad, me dejaban tomarme un año sabático. Ese año fue bastante bien".
A pesar de que prácticamente se ha criado sobre un escenario, ella reconoce que no siempre ha sido fácil:
Sabes que va a ser un camino duro, pero es que no puedes construirte una nueva realidad, ¿sabes lo que quiero decir? No es que pienses que todo va a salir bien, pero tienes que creerlo. Creo que eso nunca se va
Gracias a que decidió ir a por todas en su carrera como actriz, ha llegado a trabajar en Outlander. Hasta llegar ahí ha pasado por varios papeles secundarios sin mucha relevancia, pero ahora cuenta con una legión de fans que la apoyarán en sus futuros proyectos.