Emilia Clarke es una de las actrices más famosas del mundo por su papel de Daenerys Targaryen en Juego de Tronos. Para muchos espectadores parece que el camino de la fama es fácil, es un viaje sencillo entre ser alguien desconocido, tener un trabajo que te da notoriedad y triunfar con ese y otros proyectos, pero para la actriz sus primeros pasos en la serie de HBO no fueron fáciles.
En una carta abierta en The New Yorker, Clarke ha hablado por primera vez de sus problemas de salud. En este conmovedor escrito, la artista explica que tras terminar de grabar la primera temporada de la serie comenzó a sufrir muchos dolores en la cabeza que la impedían llevar una vida normal. Cuando fue al médico descubrió que tenía una aneurisma y debía someterse a cirugía cerebral de inmediato. Poco después los médicos descubrieron que tenía una segunda aneurisma pero que por el momento no podían hacer nada.
Así, aún recuperándose de la operación, recordando pocas cosas de su vida y sufriendo dolores increíbles, la actriz no dudó en adentrarse en el estrés de las ruedas de prensa para promocionar la serie, y es que en ese intervalo la primera temporada ya se había estrenado siendo un absoluto éxito. Y llegó la segunda temporada:
Durante el primer día de rodaje de la segunda temporada en el set de Dubrovnik, no paraba de repetirme: 'Estoy bien, estoy en mis veinte, estoy bien'. Me lancé al trabajo. Pero después de ese primer día de rodaje, difícilmente conseguí llegar al hotel antes de colapsar de agotamiento. En el set no perdí el ritmo un segundo, pero fue muy difícil. La segunda temporada es la peor. No sé lo que estaba haciendo Daenerys. Si soy completamente sincera, durante cada minuto de cada día pensaba que iba a morir
Saltando a 2013, al descanso entre el rodaje de la tercera y la cuarta temporada, Clarke explica que tuvo que someterse a una segunda operación cerebral para la segunda aneurisma, en esta ocasión todo salió mal y los médicos tuvieron que volver a abrirla. La recuperación fue mucho más dura que en la primera intervención.
Su primer acto público fue la San Diego Comic Con, algo que recuerda como una experiencia muy complicada porque pensaba todo el rato que iba a morir. La cabeza no paraba de dolerle y pese a eso se enfrentaba a las cámaras, los fans, las entrevistas y la presión de ser una figura pública y estar en una serie como Juego de Tronos, un trabajo que le ha costado mucho conseguir y que no quería perder por nada del mundo.
Así, Clarke llega al final de la carta -que recomendamos que leas- explicando que ha sobrevivido a mucho en estos años y siempre ha intentado mantener la esperanza, luchando cada día y ahora también ayudando a los que más lo necesitan. También ha querido agradecerle a su padre, que fallecía de cáncer en 2016, todo el apoyo que le ha dado en esos duros momentos.
"Hay algo gratificante, y más allá de la suerte, de llegar al final de Juego de Tronos. Estoy muy feliz de poder ver esta historia llegar a sin final, y ver el comienzo de lo que sea que venga después".